Detectives Privados

002

La noche caía sobre la ciudad, cubriéndola con un velo de sombras y misterio. La investigación sobre "La Sombra", el enigmático criminal que desafiaba a la policía, seguía siendo una maraña de pistas sueltas y callejones sin salida. En medio de todo ese caos, Jungkook y Taehyung pasaban más tiempo juntos que nunca. Cada conversación, cada decisión tomada en equipo, cada momento compartido, profundizaba el lazo entre ellos.

Confianza Forjada en la Dificultad

Los días se alargaban, llenos de tensión y peligro, pero había algo reconfortante en la presencia del otro. Jungkook confiaba ciegamente en Taehyung, sabiendo que siempre estaba a su lado, listo para cubrirle las espaldas. Taehyung, por su parte, encontraba en Jungkook una calma y seguridad que nadie más le ofrecía.

Una tarde en particular, después de una intensa persecución que los dejó exhaustos, ambos se refugiaron en la oficina. Las luces fluorescentes parpadeaban sobre ellos mientras repasaban los informes. Taehyung dejó caer el bolígrafo sobre la mesa y se reclinó en su silla, dejando escapar un suspiro pesado.

—No sé si podamos atrapar a este tipo —confesó, con la mirada perdida en la pared.

Jungkook lo observó en silencio por un momento, antes de inclinarse hacia él, colocando su mano sobre el hombro de Taehyung.

—Lo haremos. Mientras estemos juntos, no hay forma de que fallemos.

Ese simple gesto, esa seguridad inquebrantable, fue todo lo que Taehyung necesitaba. Por un instante, el peso del mundo pareció aligerarse.

Momentos Robados

Las largas horas de trabajo dejaban poco espacio para la vida personal, pero Jungkook y Taehyung se las ingeniaban para crear pequeños oasis en medio del caos. En las breves pausas que lograban robarse, compartían algo más que palabras: una sonrisa, una mirada que hablaba de todo lo que ambos sentían pero no se atrevían a decir.

Una noche, mientras caminaban de regreso a la comisaría después de una investigación, encontraron un pequeño parque. Sin decir palabra, se sentaron en una banca. Jungkook sacó una botella de agua y la pasó a Taehyung, quien la tomó sin dudar. El silencio entre ellos era cómodo, como si no necesitaran llenar el espacio con palabras.

—A veces me olvido de lo importante que es parar un momento —dijo Taehyung, mirando las estrellas.

Jungkook lo miró de reojo, sonriendo suavemente.

—Contigo, cada pausa vale la pena.

Protección en Cada Paso

La cercanía no solo los unía emocionalmente, sino que los hacía más protectores el uno con el otro. Jungkook no podía evitar sentir una punzada de ansiedad cada vez que Taehyung se lanzaba imprudentemente a situaciones peligrosas. Siempre estaba a un paso de él, cuidando que no resultara herido.

En una operación especialmente peligrosa, Jungkook observó cómo Taehyung se lanzaba de cabeza hacia una zona donde "La Sombra" podría estar escondido. Sin pensarlo dos veces, corrió tras él, bloqueando su paso justo a tiempo para esquivar una trampa. Ambos se miraron, el corazón latiéndoles con fuerza.

—Ten más cuidado —dijo Jungkook, casi en un susurro.

—No puedo evitarlo —respondió Taehyung, sin apartar la vista de él—, cuando sé que siempre estás ahí para salvarme.

Confesiones en la Oscuridad

La investigación se volvía cada vez más intensa, y el cansancio pesaba sobre ambos. Aquella noche en la azotea de la comisaría, el aire fresco les brindaba un respiro necesario. Las luces de la ciudad titilaban a lo lejos, y el silencio entre ellos era diferente al de otras veces; había una tensión palpable, pero no de la peligrosa. Era algo mucho más profundo.