Prólogo

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Mucho tiempo atrás surgió esta increíble historia, contada como una leyenda en las reuniones nocturnas de luna llena, de parte de aquellos ancianos sabios a los más pequeños de la familia.

Empieza así... en lo profundo del cosmos, habitaba un ser ancestral envuelto en maldad y oscuridad, cuya única obsesión era sembrar destrucción a lo largo de los planetas. Este ser respondía al temido nombre de Antares, el asolador. Frente a él, surgía su eterno oponente, una deidad radiante y pura, encarnada en una estrella de deslumbrante fulgor, conocida como Saiph, el fulgurante.

Un día, estalló una batalla cósmica entre ambos, fruto de uno de los innumerables intentos de Saiph por detener a Antares y poner fin a su insaciable sed de destrucción, con la esperanza de devolver la paz al universo.

En medio de la feroz batalla, ninguno de los dos mostraba señales de rendirse. Y desesperado por detener la destrucción que Antares desataba, Saiph tomó una decisión audaz, colisionó contra su enemigo con una fuerza tan colosal que fragmentó al ser oscuro en pedazos, destruyéndolo por completo. En ese mismo instante, la estrella brilló con un resplandor cegador que envolvió la Tierra, enviando su voluntad por proteger a la humanidad, en busca de un nuevo portador digno. Sin embargo, junto con la luz de Saiph, fragmentos de la magia oscura de Antares se fusionaron con el resplandor, diseminando su maligna influencia en busca de nuevos seres que perpetuaran su legado de destrucción.

Aquel resplandor, otorgó a los humanos el control sobre los elementos fundamentales de la naturaleza: Agua, Fuego, Viento y Tierra. El impacto alteró la biología de la humanidad, haciendo posible que cada individuo naciera con la capacidad de dominar uno de estos elementos.

Por otro lado, la voluntad de Saiph fue heredado por un ser humano de corazón puro, cuya visión de paz y armonía coincidía con la del astro. A este individuo se le otorgó el control absoluto sobre los 4 elementos, una habilidad que deslumbró a la humanidad. Fascinados por su divino poder, lo proclamaron "El Maestro Elemental", el nuevo protector de la Tierra. Pero esto no sería el final.

Con el tiempo, los humanos se organizaron en facciones basadas en los elementos, eligiendo democráticamente a líderes que consideraban dignos de guiarlos hacia la prosperidad. Cada niño o niña nacía con un poder elemental de manera aleatoria. Si un niño nacía con un elemento distinto al de sus padres, era enviado a la facción correspondiente a su poder, una medida dura, pero necesaria para mantener la paz en ese entonces.

El Maestro Elemental velaba por la armonía entre las facciones, asegurándose de que la paz prevaleciera, sin embargo, la codicia y el ansia de poder comenzaron a corromper a algunos. Seres imbuidos por la magia oscura de Antares emergieron de las sombras. Estos individuos, mucho más poderosos que los humanos normales, fueron llamados "Los Maestros Caídos".

Antares encontró en el odio, la venganza y la codicia el terreno fértil para sus seguidores, quienes poseídos por el poder de Antares, se unieron, sembrando caos y destrucción a su paso. No obstante, el Maestro Elemental fue alertado de su regreso y, asumiendo que Antares o algo relacionado con él estaba detrás del caos, no dudó en enfrentarlos.

Una nueva batalla se desató, pero el poder combinado de Los Maestros Caídos era abrumador. Desesperados por vencer, optaron por fusionarse en un solo ser, renaciendo como Antares una vez más.

El Maestro Elemental luchó con todo su poder, pero cada ataque era devuelto con mayor fuerza. La desesperanza se apoderaba de él, pero los humanos a quienes protegía no lo abandonaron. Alentado por sus gritos y su fe, el Maestro se levantó una vez más, dispuesto a sacrificarlo todo para salvarlos.

Con su fuerza al límite y a costa de su vida, el Maestro reunió todo su poder en un último ataque. Concentrando los elementos en su mano, atravesó el pecho de Antares, poniendo fin a la batalla, sin embargo, la victoria fue amarga. El Maestro dio su vida en el proceso.

Antares se desintegró lentamente, dejando atrás cuatro fragmentos oscuros. El Maestro Elemental, sabiendo que no podría destruirlos, selló estos fragmentos en cuatro Custodios Elementales, guardianes ancestrales que existirían mientras los elementos los sostuvieran. Cada custodio, imbuido con el poder de su elemento, fue vinculado a los fragmentos oscuros para impedir su unión, conscientes de que, si alguna vez se reunían, el retorno de Antares sería aún más devastador que antes.

Con el paso de los siglos, los Custodios Elementales, temiendo que su poder se debilitara, empezaron a transmitir parte de su esencia a humanos especialmente seleccionados. Estos individuos se convirtieron en los primeros Maestros de Élite, guerreros y sabios que no solo dominaban los elementos, sino que también estaban conectados a la energía de los Custodios. Cada Maestro de Élite heredaba la misión de proteger el equilibrio entre los elementos y mantener la vigilancia sobre las fuerzas oscuras de Antares, preparándose para cualquier intento de liberación de sus fragmentos sellados.

El sacrificio del Maestro Elemental aseguró una era de paz, pero su voluntad quedó inscrita en los corazones de los Custodios y los Maestros. El Reinicio, la gran batalla que sacudió la Tierra, fue un nuevo comienzo para la humanidad, por otro lado, las facciones, honrando al Maestro Elemental, unieron sus fuerzas y mantuvieron la armonía durante generaciones. Los Maestros de Élite, herederos de la sabiduría de los Custodios, surgieron como vigilantes, guardando en secreto el peligro que los fragmentos oscuros aún representaban.

Sin embargo, con el tiempo, los Custodios Elementales comenzaron a debilitarse, y sus vigilantes, aunque poderosos, no podían evitar que una antigua amenaza se levantara de nuevo. Ahora, Saiph, busca al próximo Maestro Elemental, el único capaz de derrotar a Antares de una vez por todas, antes de que el poder oscuro vuelva a destruir el equilibrio.

Aquí comienza la historia de nuestro protagonista, en un mundo que aguarda el regreso de la luz... y de la oscuridad.

El Maestro ElementalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora