One-Shots [Englot]

Mil Millones De Veces // A Billion Times

ENGLOT un ONE-SHOT de Gwynne Rendal

Веер. Веер. Веep. La máquina emitió un sonido siguiendo los latidos del corazón de su madre.

—¿Mamá? ¿Quién es?

Preguntó su hija mientras rebuscaba en la caja que su madre le había pedido que trajera. Se levantó y se sentó en la cama de su madre. Luego le entregó la foto que había encontrado.

La madre tosió y sonrió, mirando a su hija mientras tomaba las fotografías en sus manos. En el momento en que vio a la mujer en las fotos, su corazón comenzó a acelerarse, haciendo que el monitor detectara más latidos y su estómago se llenó de mariposas. Las mariposas que solo una persona podría hacerle sentir. Escaneó las fotos y sonrió, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba las fotografías, los recuerdos pasaban frente a ella.

—Su nombre es Engfa... y es el amor de mi vida.

Habló.

—¡Charlotte!

Corrió detrás de la mujer más joven.

—¡Deja de correr!

Gritó mientras disminuía la velocidad, recuperando el aliento.

—No puedo correr más rápido, Nuu.

Engfa se detuvo mientras se llevaba las manos a las caderas.

—¡Oh, vamos! Tus pechos son demasiado grandes.

Charlotte se acercó a Engfa.

—Tenemos que llegar temprano, Bee. Habrá una larga fila.

—La Estatua de la Libertad está ahí. Tenemos todo el día, Nuu.

Engfa y Charlotte caminaron una al lado de la otra.

—Si no podemos llegar hoy, todavía tenemos mañana.

Charlotte suspiró, molesta.

—... Pero yo quería ir hoy.

Luego miró hacia el agua, mirando la estatua desde lejos.

Engfa sabía que Charlotte había estado esperando este día con ansias, y no quería arruinarlo para ella. Se puso de pie nuevamente y miró a su alrededor para ver si había algo que pudieran usar para llegar más rápido. Engfa vio que venía un taxi e inmediatamente levantó la mano para llamarlo.

Charlotte parecía derrotada, pero también estaba preocupada por Engfa. Sabía que a veces Engfa tenía dificultad para respirar, por lo que no quería presionarla. Dejó escapar un suspiro y se dio la vuelta para ayudar a Engfa, pero se quedó estupefacta al ver que la mujer mayor no está donde la vio por última vez.

—Entonces, ¿te quedarás ahí parada o vamos a la estatua?

Engfa abrió una puerta y habló lo suficientemente alto para que Charlotte la escuchara.

Los ojos de Charlotte se iluminaron mientras corría rápidamente hacia Engfa y le daba un fuerte abrazo y un beso en los labios.