En una ciudad donde las luces brillaban con intensidad, ocultando las sombras que se cernían sobre la vida de sus habitantes, se encontraba él, Ren, un joven cuya belleza era tan deslumbrante como un amanecer en la costa.
Su cabello oscuro caía como una cascada de sombras sobre sus hombros, mientras sus ojos verdes resplandecían con la luz de un mundo lleno de posibilidades.
Era el tipo de persona que, al caminar por la calle, hacía que las miradas se posaran en él, pero a pesar de su encanto y su magnetismo, había un peso invisible que lo mantenía cautivo.
A su lado estaba Selene, una figura enigmática y seductora, cuyo carácter enérgico y apasionado atraía a todos a su alrededor. Su risa era contagiosa, y su aura emanaba confianza, deslumbrando a quienes la rodeaban.
A primera vista, eran la pareja perfecta, pero las sonrisas y los gestos de afecto ocultaban una verdad más sombría. Selene no solo quería a Ren; lo necesitaba. Su amor, aunque apasionado, se había convertido en una cadena que lo ataba, un símbolo de una posesión tan profunda que amenazaba con consumirlo.
Desde el comienzo de su relación, Ren había sentido la intensidad de Selene. Al principio, había sido halagado por su atención constante. Ella lo seguía a todas partes, asegurándose de que no hubiera espacio para nadie más en su vida.
Las llamadas y los mensajes inundaban su teléfono, cada uno era un recordatorio de que siempre estaba siendo vigilado.
- Es solo porque te amo - decía Selene con una sonrisa que hacía que su corazón latiera más rápido, pero, aunque esas palabras sonaban dulces, escondían un tono de control que Ren comenzaba a comprender.
La imagen de las cadenas que llevaban en su mente se hizo más vívida con el tiempo. Eran cadenas invisibles, pero su peso era real. Cada día, cuando se despertaba junto a Selene, sentía las eslabones apretándose más. No era que ella lo mantuviera físicamente encerrado; era algo más sutil.
Ella quería saber todo sobre él, sobre sus amigos, sobre cada rincón de su vida. La necesidad de Selene por el control crecía como una sombra que se alargaba al atardecer, envolviéndolo en un abrazo que, aunque parecía cálido, era sofocante.
Las noches en su departamento eran una mezcla de pasión y tormento. Selene tenía una forma de encender el deseo en él que lo dejaba exhausto, como si cada beso, cada roce, fueran un fuego que consumía cada fibra de su ser.
Ella sabía cómo hacer que Ren se sintiera vivo, cómo hacer que su corazón se acelerara con cada caricia, pero después de esos momentos de éxtasis, venía el silencio, y con él, las dudas. En esos momentos, mientras su cuerpo se recuperaba, su mente luchaba con el conflicto de lo que realmente era su relación.
La atmósfera de la habitación se cargaba de tensión, el aire impregnado de fragancias que Selene elegía cuidadosamente. A veces, Ren se encontraba atrapado en sus propios pensamientos, en las sombras que danzaban a su alrededor. Las cadenas emocionales eran más pesadas en esos momentos, recordándole que, aunque su amor era profundo, también era doloroso.
Ella le sonreía, pero la intensidad de su mirada lo hacía sentir como si estuviera siendo sometido a un juicio. A menudo se preguntaba si había algo de verdad en las palabras que Selene le decía:
- No puedo vivir sin ti.
Una noche, después de un encuentro que había dejado a Ren sin aliento, decidió abrirse y hablar sobre sus sentimientos. La habitación estaba iluminada por la suave luz de las velas, creando sombras que parecían moverse al ritmo de su inquietud.
- Selene - comenzó, su voz temblorosa - a veces siento que... que no puedo ser yo mismo. Que estoy atrapado en algo que no puedo controlar - Ella lo miró, su expresión cambió de sorpresa a una especie de herida profunda, como si esas palabras fueran un ataque directo a su amor.
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Corazones Encadenados
RomanceÉsta es una antología de cuentos románticos que explora las facetas más oscuras y apasionadas del amor, donde la atracción y el control se entrelazan de forma peligrosa. A través de relatos cargados de emociones intensas, celos desbordados y la apa...