No recuerdo desde cuando nací... No recuerdo mi pasado, solo se que lo vi a él, lo segui a todas partes, él nunca me nego nada, al contrario él me ayudo en todo, me enseño a poder sobrevivir, me llevaba bien con todos, pero...
- ¡Por que me odias ta...
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Una guerra, tan dolorosa que se llevo a muchos seres vivos, aquella que era una contraparte de como aquel ser celestial y sus sombras acabaron con todo un reinado, pero esta vez era algo diferente, seres del abismo azotaban el mundo, pero aquella nación de fuego y dragones era un caos, aquellos sobrevivientes de la nación subterránea ayudaban bajo las ordenes de su comandante, un khaenri'ahno que se distinguía por su gran poder.
En una de sus tantas pelear este junto con algunos de su escuadrón y habitantes de Natlan cayeron hasta unas ruinas muy antiguas, aun más que la civilización avanzada de los dragones, pues aquellos habitantes de la región no la reconocían, estos buscando una salida, llegaron hasta una de las salas del lugar, por su gran tamaño era más que obvio que pertenecía a los dragones más antiguos.
— Esto es muy nuevo para nosotros... Es parecida a las ruinas de los dragones, pero esta se mira más imponente... — Hablo aquel guerrero de la región pyro
— Hay que buscar la salida de este lugar, tenemos que regresar ahora mismo — Dijo aquel comandante
Todos se adentraron a la que parecía ser la recamara central de aquellas ruinas, en ella se encontraron algo que no pensaban, ni se imaginaban ver, era una sala gigante, y en medio de esta habían huesos, de un antiguo dragon, el cual estaba en un gran nido.
— No puede ser... — Hablo uno de los khaenri'ahnos al ver el gran tamaño de los huesos
— ¡Mi lord! Mire lo que hay allí — Otro de ellos señalo lo que resguardaba los huesos
Al hombre se acerco encontrando un huevo, era grande, pero no tanto para ser de un dragon, a lo que este solo suspiro y lo toco este aun permanecía caliente.
— Era una hembra...
Todos miraron al habitante de Natlan, este había estudiado todo sobre la civilización de dragones, a lo que noto aquel huevo.
— Ella murió protegiendo a su cria — Hablo el comandante para alejarse del huevo
— Hay que matarlo... Hay que acabar con eso, aunque dudo que eclosione — Dijo el hombre para tomar la arma de uno de los khaenri'ahnos y abalanzarse contra el huevo
— ¡Alto! — El más fuerte de lo detuvo sin pensarlo — Como te atreves a tratar de matar a un ser que aun no nace, hay que sacarlo de aquí
— ¡Claro que no! Los dragones son crueles, y si llega a nacer, sera el fin de la Natlan que conocemos — Dijo el mayor mientras sus manos temblaban por el agarre del khaenri'ahno
— No permitiré que eso pase, este huevo a pasado aquí por siglos, y aun esta caliente, eso quiere decir que su madre murió hace muy poco... Y su los saurios son descendientes de los dragones, podemos educarlo, para que ayude a proteger a Natlan
