Ya hace varios días Park Sunghoon se había ido de Australia a Corea de visita a la casa de sus padres, dejando solo a su pequeño y hambriento novio en su apartamento compartido. Y sí, a hambriento se refería a su gran apetito sexual, su novio era una máquina de sexo que amaba hacerlo frecuentemente. Y cuando Sunghoon le dio la noticia de que se iría se puso muy triste porque está vez no podría acompañarlo por sus exámenes en la universidad.
Ya habían pasado tres semanas exactas en las que Jake se había quedado solo en ese frío y silencioso apartamento y para su suerte su novio regresaba ese mismo día, en la primera semana el rubiecito logro controlarse bastante bien, solo le escribía para desearle buen día y noche, le preguntaba como estaban sus días y le pedía que le saludara a sus suegros, pero desde la segunda semana todo se había descontrolado, Jake le mandaba videos auto complaciéndose, a veces llegaba a mandarlos en horas no convenientes, como a la hora del almuerzo, dejando en una situación muy apretada a Sunghoon, pero lo que más lo frustro fue una noche en la que el australiano lo llamo, confundido por la hora, trato de que Jake le explicará el porque de su llamada, pero lo único que logró obtener fueron gemidos y súplicas desde el otro lado del teléfono, dejando a un Sunghoon muy pero muy caliente y con ganas del cuerpo de Jake.
Y ya que el australiano estaba tan ansioso por la llegada de Sunghoon decidió recibirlo con comida para ver una película, ya que llegaba tarde y posiblemente estaría cansado, aunque por dentro quería probar algo nuevo que nunca habían hecho en la cama por el miedo del pelinegro.
La primera vez que lo escucho, fue por una charla con sus amigos donde contaban sus experiencias sexuales y esa en específico le había llamado la atención.
No era nada más ni nada menos que la hipoxifilia.
Así es, la idea de ser ahorcado mientras lo hacían calentaba a Jake de sobremanera, pero Sunghoon se lo negó varias veces porque le parecía peligroso y algo muy tosco.
Jake recordaba perfectamente la primera vez que le sugirió a Sunghoon eso
- Quiero que me ahorques - hablo Jake
directo, viendo el rostro de su novio
deformarse.- ¿Ahorcarte?, amor, eso es peligroso.
- Por favor, solo una vez, no tienes porque
hacerlo tan fuerte - suplico, pero Sunghoon no se veía convencido.- No puedo.
Un puchero y varias protestas de Jake, no
eran suficientes para hacerlo aceptar. Luego de eso pasaron semanas, y aunque el rubio le hacía la petición de forma sutil de vez en cuando, el coreano seguía resistiendose.Pero esta vez iba a ser diferente, lo lograría aunque tuviera que obligar a Sunghoon con un arma en la cabeza, Jake cumplía cada uno de los caprichos de su novio, entonces esta vez haría que Sunghoon cumpliera su deseo.
En cuanto se escucho que la puerta era abierta, Jake corrió hacia ella, viendo a su queridísimo novio entrar, salto sobre el rápidamente pasando sus piernas al lado de sus caderas dándole un gran abrazo y muchos besos esparcidos por toda la cara del pelinegro.
- Te estrañe mucho mi Hoonie - dijo Jake con una voz aniñada
- Yo también Ikeu
Jake se separó de el dándole espacio para que entrara y por diooos, casi se le caía la baba cuando Sunghoon agarro su gran maleta con una sola mano haciendo que todas las venas de su mano se marcaran siguiendo el camino hasta su brazo.
Definitivamente cada parte de su novio era
digno de admirar.- ¿Qué miras? - preguntó con una gran sonrisa a Jake
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𝐻𝑖𝑝𝑜𝑥𝑖𝑓𝑖𝑙𝑖𝑎 ☘︎
RomanceJake solo quiere tener las manos de Sunghoon en su cuello - Smut - One Shot