Capítulo 3: Olores En Conflicto

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La calma que solía reinar entre los clanes Lee y Yang había comenzado a desmoronarse como hojas marchitas al caer del árbol. Los rumores de un conflicto inminente circulaban entre los aldeanos, y el aire se sentía denso, impregnado de tensiones acumuladas. Los clanes, que alguna vez coexistieron en un delicado equilibrio, ahora estaban en la cúspide de una confrontación que podría cambiarlo todo.

Jeongin , el nuevo alfa del clan Yang, había sido nombrado líder recientemente. La ceremonia fue una celebración ruidosa y llena de orgullo, donde su olor a café se mezclaba con el aroma del bosque circundante. Era un momento de reconocimiento y honor, pero también de responsabilidad. Desde que había asumido el mando, las cosas habían comenzado a complicarse.

La familia Yang, conocida por su fuerza y su historia de guerreros invencibles, se encontraba ante un desafío. En los últimos años, había habido incursiones en su territorio, robos de recursos y otros actos de agresión que ponían en riesgo la seguridad de su clan. Las incursiones se atribuían a grupos rebeldes, pero Jeongin sospechaba que había algo más detrás de todo esto, algo que involucraba a los Lee.

El día de su nombramiento, Jeongin se había parado frente a los miembros del clan, con su postura erguida y una expresión decidida. Había prometido proteger su tierra y su gente, y no se detendría ante nada para cumplir esa promesa. Sin embargo, en su corazón, también sentía la presión de demostrar que era digno de ser el alfa. Aun así, no podía ignorar que las tensiones entre los clanes eran palpables.

Mientras tanto, Felix pasaba sus días observando los cambios a su alrededor, sintiendo cómo el aire se tornaba más pesado y cargado de advertencias. El clan Lee había mantenido su prestigio, pero el temor y la inseguridad comenzaban a infiltrarse en su hogar. Su madre había notado el cambio en la atmósfera y, en sus conversaciones con él, no podía evitar expresar su preocupación.

"Felix, cariño, debes estar alerta", le decía, su voz temblando ligeramente. "Los Yang no son amigos en estos tiempos. La presión sobre nuestra familia está aumentando, y no podemos permitir que nos vean como débiles."

Felix asintió, aunque en su interior sentía que lo que su madre decía era una verdad dolorosa. La idea de ser parte de un clan que se veía envuelto en conflictos le aterraba. Sabía que sus hermanos se preparaban para la lucha y, mientras ellos se entrenaban para defender su hogar, él se sentía atrapado en la impotencia.

Una noche, mientras cenaban, la conversación se tornó hacia los Yang. Los rostros de sus hermanos estaban serios, sus palabras cargadas de determinación.

“Si los Yang continúan con sus ataques, no podemos quedarnos de brazos cruzados”, dijo el hermano mayor de Felix, su mirada fulgurante y decidida. “Debemos mostrarles que no somos un clan que se deja pisotear. Pero la debilidad de este omega  nos afectará.”

Felix sintió un nudo en el estómago. Las palabras de su hermano resonaban en su mente, una repetición constante de la desconfianza que su familia sentía hacia él. En ese instante, el deseo de demostrar su valía, de romper las cadenas que lo mantenían prisionero en su propia casa, se intensificó. Pero, ¿cómo podría hacerlo si su propia naturaleza era vista como un defecto?

Jeongin, mientras tanto, estaba lidiando con sus propios demonios. El conflicto con los Lee había comenzado a tomar un giro personal. Sabía que las cosas se estaban poniendo tensas, pero nunca imaginó que la rivalidad se tornaría tan peligrosa. Durante sus patrullas por el territorio, sus hombres habían notado actividades sospechosas. Algunas de las incursiones recientes parecían estar vinculadas a una facción que deseaba causar daño a ambos clanes.

Una noche, mientras inspeccionaba la frontera de su territorio, Jeongin se encontró con un grupo de rebeldes que intentaban infiltrarse. Sin dudarlo, se lanzó a la lucha, su instinto de protector despertando en cada golpe que daba. Era hábil y fuerte, y pronto demostró que era un alfa a tener en cuenta. Al final de la pelea, mientras el olor a sangre y sudor inundaba el aire, se dio cuenta de que los rebeldes llevaban insignias que lo vinculaban directamente a los Lee.

La revelación fue como un golpe en su pecho. Había algo más grande en juego, y no era solo un conflicto territorial. Había algo oscuro que se gestaba entre los clanes, y él estaba en el centro de ello. De vuelta en su hogar, la preocupación creció como una sombra en su mente. ¿Podría proteger a su clan y, al mismo tiempo, encontrar la verdad detrás de estos ataques?

Los días pasaron y las tensiones crecieron. Las reuniones entre los clanes, antes llenas de diplomacia, ahora eran solo un campo de batalla de palabras y miradas desafiantes. Jeongin sentía que la presión sobre sus hombros aumentaba. Sabía que su rol como alfa significaba ser la primera línea de defensa, y eso lo mantenía despierto por la noche.

El siguiente encuentro entre ambos clanes estaba programado. Jeongin se preparó para la reunión, sintiendo la adrenalina correr por sus venas. El destino de ambos clanes pendía de un hilo, y él estaba decidido a proteger a su gente, sin importar el costo.

Mientras tanto, en el clan Lee, Felix se encontraba atrapado entre sus propias inseguridades y el deseo de cambiar su destino. La próxima reunión entre los clanes podría ser el momento que estaba esperando, una oportunidad para probar su valía. Pero, en el fondo, sabía que el camino hacia la aceptación sería largo y doloroso.

El olor a café y canela, mezcla de sus mundos, se cruzaría en la próxima reunión, dando inicio a un juego peligroso de alianzas y desconfianzas, donde cada uno de ellos tendría que decidir cómo enfrentar no solo a sus enemigos, sino también a sí mismos.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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