Capitulo 2

4 0 0
                                    

Esto debe ser un sueño¿Cierto?

.Algo no encajaba, una sensación inquietante se había apoderado de mí desde que aquel extraño sueño me visitó. Un presentimiento oscuro se cernía sobre mi mente, pero intenté desestimarlo como un mero producto de mi imaginación. Sin embargo, la realidad comenzó a desmoronarse ante mis ojos. ¿O acaso seguía atrapada en esa pesadilla? Me pellizqué el brazo con fuerza; el dolor era tan vívido que me hizo comprender que esto no era un sueño.

—¿Qué demonios está pasando? —murmuré, mientras el pánico se apoderaba de cada fibra de mi ser. Intenté encontrar lógica en lo absurdo que me rodeaba, pero todo resultaba inasible. Estaba en casa, sí, pero no era mi hogar. Era una réplica perfecta, y sin embargo, algo estaba terriblemente mal.

Me asomé a la ventana con cautela. Todo parecía igual, salvo por un detalle perturbador: las personas que pasaban eran extrañas para mí. Aunque el entorno era familiar, había una sombra de desasosiego en el aire.

—¡He perdido la cordura! —exclamé con una sonrisa nerviosa al darme cuenta de que no podía hallar explicación alguna a esta situación surrealista. La única conclusión lógica era que había caído en la locura.

Cerré los ojos por un instante y me armé de valor para salir. Al principio dudé, pero finalmente crucé la puerta y sentí el cielo gris sobre mí. Las personas y los árboles parecían observarme con curiosidad. Cerré la puerta tras de mí con manos temblorosas, sintiendo que mi corazón podría detenerse en cualquier momento.

Comencé a caminar sin rumbo fijo, ignorando las miradas ajenas que parecían seguirme. Mis pasos me llevaron a la estación del metro; todo allí era idéntico, y aún así había algo profundamente extraño en ello. Tomé el tren y recorrí las mismas rutas una y otra vez, esperando encontrar a mi molesto compañero de trabajo. Pero al llegar a lo que solía ser mi lugar de trabajo, encontré solo vacío; el lugar había desaparecido por completo.

Era como si se hubiese esfumado porque no había ningún tipo de edificio ahi

El terror comenzó a anidar en mi pecho. ¿Acaso seguía dormida? ¿Era esto una pesadilla interminable? Regresé a casa después de un rato y corrí hacia mi habitación. No encontré el libro que papá me habia mandado por mi cumpleaños ni las rosas frescas que adornaban mi mesa; incluso mi teléfono había desaparecido. La ropa en mi armario era diferente.

Incluso eso había cambiado

—No entiendo qué está pasando —dije entre suspiros frustrados cuando unos golpes resonaron en la puerta, sacándome de mis pensamientos.

Me quedé paralizada por un instante antes de reunir valor para abrirla. Al hacerlo, un escalofrío recorrió mi espalda al ver al hombre frente a mí: alto, bronceado, con cabello negro desordenado y ojos grises como nunca antes había visto.

El mundo giraba alrededor del sol; algo hermoso y brillante que opacaba todo lo demás en el universo. Y allí estaba él: el sol más radiante que jamás podría existir.

Estaba segura de algo; que todos lo que rodeaba a ese chico giraban entorno a él

—¿Se encuentra el señor Nelson? —su voz profunda resonó en mis oídos como un eco lejano.

Me quedé muda hasta que volvió a hablar:

—¿Está o no?

Fruncí el ceño ligeramente y negué con la cabeza.

—Hace meses que no viene.

Su mirada se tornó inquisitiva; parecía considerar cada palabra como si fueran piezas de un rompecabezas incompleto.

—Escúchame bien —dijo con furia—: déjate de bromas. Necesito ver a Nelson ya.

Intenté mantenerme firme ante su presencia imponente.

—Primero baja tu tono —respondí mientras cruzaba los brazos—. No es ninguna broma; mi padre no vive aquí desde hace años.

Él soltó una risa amarga y sarcástica que me hizo sentir incómoda.

—¿Hace años no vive aquí? He venido todos los días desde hace mucho tiempo… ¿Y tú vienes a decirme que no está?

La confusión nos envolvió a ambos como una niebla densa.

—¿Dónde está Nelson? ¿Qué demonios significa todo esto?

—No lo sé —respondí desesperada— y tampoco entiendo quién eres, así que lárgate.

Él echó un vistazo detrás de mí antes de fijar su mirada fría en mí nuevamente; entonces vi cómo una chispa cruzó sus ojos junto con una siniestra sonrisa.

—¿Dijiste que Nelson es tu padre?

Asentí lentamente.

—¿Y cómo te llamas?

—Sophia —respondí titubeando.

Su sonrisa creció como si hubiera descifrado un secreto oculto entre nosotros; me sentí pequeña e insignificante ante su presencia abrumadora.

—Así que tú eres la querida Sophia…

Mi corazón latía desbocado mientras él se inclinaba hacia adelante, acercándose peligrosamente a mí. Por un instante perdí la noción del tiempo al perderme en sus ojos grises; luego noté la tinta oscura grabada en su piel: un tatuaje familiar que reconocía demasiado bien.

Esto debía ser una cruel broma… No podía ser posible que él fuera…

—Hazme un favor —dijo interrumpiendo mis pensamientos confusos—: dile a tu padre que me llame apenas vuelva.

Se dio media vuelta para marcharse, pero instintivamente tomé su brazo. Su rostro se endureció instantáneamente; aquella sonrisa se desvaneció dejando solo frialdad detrás.

—¿Qué haces?

—Tu nombre —tartamudeé— ¿cómo le diré a mi padre que te llame si no me has dicho tu nombre?

Su expresión se suavizó ligeramente aunque aún lucía intimidante mientras se liberaba de mi agarre y sonreía tenuemente:

—Daire… ese es mi nombre.

Entonces sentí como mi corazón se detenía ante aquellas palabras y simplemente pude observar como se marchaba.

_____

El capítulo fue más corto de lo que pensé pero bueno

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Podremos tener un final feliz?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora