Amor del bueno (Abdl)

Capitulo 42

Narra Harry

Mi rodilla por suerte no dolía más

Estaba sentado en el banco junto a Azael

Mientras veíamos a Blacke y Dennis jugar con la pelota

- nos unimos? - pregunto Azael emocionado

Asentí

Lo dos nos levantamos rápidamente y nos acercamos

Comenzamos a jugar

Yo era muy malo para esto

La pelota no era lo mío

Y mucho menos los deportes, era la persona menos atlética que podía existir

No tenía agilidad, siquiera velocidad, en el colegio era el típico niño que nunca elegían para jugar

Y debo admitir que los entiendo

No era para nada bueno y sigo sin serlo

Pero ahora nadie me juzgaba y podía jugar con tranquilidad

Una hora luego...

Dennis y yo estábamos acostados en el mantel

Completamente exhaustos

Blacke y Azael como si nada

Acababan de sentarse y siquiera estaban agitados, ni una gota de sudor en su rostro

Cómo se notaba que se contenían al jugar, y que no se esforzaban para nada, para no hacernos sentir mal rompiéndonos el c*lo

- quieren agua? - pregunto Azael

Asentí desesperado

Azael me entregó mi biberón el cual tenía agua

- solo tengo esa, pueden compartir - dijo guardado las cosas que había sacado

Tome un par de sorbos y se la pasé a Dennis

Enseguida tomo

Me parecía raro ver a Dennis tomar de un biberón

Aunque era porque no había otra cosa para beber , era raro

Escuché unas campanas a lo lejos

Me enderece y mire por el parque

Me encontré con un carrito de helados

- podemos comer uno ? - dije poniendo ojos de perrito mojado, suplicaba a Azael

- solo esta vez- dijo sacando su billetera

El señor no tardó en acercarse a nuestro lado

- yo también quiero! - dijo Dennis con un puchero en los labios

- ten - dijo blacke y le dio dinero a Dennis

Azael hizo lo mismo y los dos nos levantamos y nos acercamos al señor de los helados

Yo me compré uno de chocolate, Dennis uno de vainilla

Los dos volvimos con una gran sonrisa en nuestras caras

Me senté en el mantel nuevamente

Comíamos el helado mientras blacke y Azael hablaban

Yo estaba tan inmerso en mis pensamientos, miraba los patos en el lago de enfrente

Que no me di cuenta cuando el helado se deslizó por mis manos

Cayó sobre mi

En mi remera