DARKNESS AND MADNESS

1. "Dos caminos: Cadáver o Oscuridad"

1. "Dos caminos: Cadáver o Oscuridad"

Dos meses antes

31 de Agosto

SALEM

«Sentí miedo.

Miedo del que sientes cuando vas caminando por una calle desolada. Miedo del que te sobresalta como el timbre de un teléfono en la oscuridad. Miedo del que revisas bajo tu cama y en el armario. Miedo de sensaciones que te hacen temblar…

Porque en Ghost Town solo existen dos caminos: Cadáver o Oscuridad.

¿Verdad?»

—¿Verdad? ¿Serán ciertas las palabras de Beatriz en su última carta?—cuestioné a través del micrófono para los oyentes—. Solo lo sabremos en el próximo episodio. Gracias por acompañarnos está noche. Soy Salem Roosevelt en Death Upset Everything.

«»

El cuerpo pesaba una tonelada a pesar de que solo lo estaba arrastrando por el suelo. No había ruidos más allá del silbido del viento entre las lápidas del cementerio y los árboles que me rodeaban. Solo se podían vislumbrar tumbas y tumbas hasta que solo podías ver la oscuridad profunda del bosque.

—¿Pero qué era lo que ingerías?—respiraba con dificultad por el esfuerzo, pero a pesar de todo debía terminar el trabajo.

Cuando finalmente logré llevarlo hasta la fosa, tome una pala y comencé a taparlo con tierra.

—Descansará de tantos carbohidratos.

El susurro en mi espalda me confirmó la presencia de mi hermano mayor. Sequé el sudor de mi frente con mi antebrazo, retiré los guantes y la mascarilla de mi boca tirándolos junto a la pala a un lado.

—Que asco—la repulsión que demostraba mi rostro era evidencia de mi desagrado—. Odio el líquido transparente y salado que segregan las glándulas sudoríparas de la piel de los mamíferos con cada mínimo esfuerzo. El cuerpo humano es tan débil y aún así los humanos lo tratan como basura—susurré.

—Papá nos espera para cenar—dijo Häel ignorando mi comentario.

—¿Qué ordenó?

—Comida italiana—y sin más se marchó.

La monotonía en su voz, en todo él, no me sorprendió ni un poco, era uno de sus rasgos característicos. Raro sería ver a Häel sonreír. Cuando eso ocurría el mejor consejo era simplemente correr.

Correr de un Roosevelt siempre es la mejor opción.

Había creado mi propio podcast. La oportunidad de ser escuchada por millones de personas a través del Internet, de tener el total control de sus manipulables mentes, durante un corto período de tiempo. Hablar de lo que más me satisfacía: la muerte. Eso era realmente estimulante para mí.

A pesar de que nunca había revelado mi apariencia física en ninguna red social tenía un amplió club de fans, pero eso era algo insignificante. No lo hacía por fama, si no porque era un experimento encontrar casos sobre los que el hombre se siente interesado, rebelar sus misterios y secretos de manera que pueda despertar sus instintos más oscuros. Despertaba a los monstruos que dormían dentro.

Si eres tú la homicida de las víctimas, su sufrimiento te pertenece, puedes aprovecharte todo lo que quieras de el.

Transmitía al final de cada episodio sus últimos gritos, en una frecuencia repetitiva, que dejaba al cerebro en un estado hipnótico y vacío, de esa manera respondían a mis órdenes. Todos creerían que eran falsos, pero solo yo los llevo grabados en el alma.