𝗦𝗨𝗡𝗞𝗜 : Nunca supo quién era. No sabía su historia, no sabía sus gustos, casi ni le conocía por así decirlo, pero si supo algo cuando lo conoció aquella oscura noche donde sus ojos brillantes captaron su mente y alma como si se tratase de un ca...
Por fin en su casa, se dejó caer sobre el sofá de su sala mientras desabrochaba su camisa y soltaba el aire retenido, sintiendo un peso sobre su pecho y una leve incomodidad en su vientre. Elevó el teléfono y buscó entre la multitud de contactos, pulsando uno de ellos, viendo el nombre de la persona con la cual llevaba bastante tiempo sin hablar, mientras soltaba un suspiro antes de apoyar la cabeza sobre el respaldar del sofá cerrando los ojos.
Realmente la primera sesión con Riki había ido demasiado bien. Aun si se había extendido y debió cancelar la visita con su otro paciente, pudo ganar un poco de la confianza del japonés y escuchar más sobre su persona. Pero claro, Riki hizo su parte cumpliendo con éxito al explicar cómo conoció a Sunoo, ahora él debía cumplir la suya como prometió.
Y es que realmente a veces Heeseung se pasaba de la raya con sus promesas, acabando en encrucijadas como la que tenía ahora mismo, esperando a tener la suficiente valentía para llamar a Jungwon y preguntarle si podía acompañarle el día de mañana a la cárcel para que permitieran a Riki ver a Bisco de nuevo.
Suspiró de nuevo, decidido a enfrentarse a su pasado y a escuchar la voz del chico de ojos felinos que en algún momento, durante su estancia en la universidad, fue quien hacía su corazón latir con fuerza. Marcó el número y esperó, escuchando los tonos de espera mientras un pequeño nudo de nerviosismo se instalaba en su garganta.
— Si es de nuevo para venderme una compañía telefónica, vaya sabiendo que es un no. — Dijo una voz suave y con un tono cansado tras la línea telefónica.
— ¿Así saludas a tus antiguos compañeros de carrera, Yang? — Murmuró divertido el pelirrojo, negando cuando escuchó decir una maldición por el contrario.
— Si me llama un número desconocido y no dice nada, ¿cómo voy a saber quién es?
— ¿Borraste mi número? Soy Heeseung, Lee Heeseung. Repetí segundo de carrera y estuvimos juntos hasta graduarnos. — Mencionó algo enfurruñado, frunciendo el ceño.
— Oh, Lee, no sabía que me contactarías luego de tanto.... — Dijo con un tono poco agradable. — No después de acostarte con el profesor Park durante todo el último año sabiendo que me gustaba y era la pareja de alguien de mi familia cercana.
— Ese tema ya lo hablamos en su momento, y Park luego de que lo supieras se cambió de universidad. — Soltó un suspiro frotando su sien, intentando olvidar los errores cometidos en su pasado, aquellos que, de vez en cuando, le seguían persiguiendo. — Pero no te llamaba para eso. Necesito un favor.
— ¿Favor? No te debo ningún favor a ti, Heeseung.
— ¿Conoces a Riki? ¿Nishimura Riki?
La línea se quedó en silencio, escuchando nada más la respiración de las dos personas. Heeseung, en su interior, rezaba para que Jungwon contestara y no le hubiera colgado, mirando la pantalla suspirando al ver como no era así. El pelirrojo escuchó un pequeño carraspeo seguido de la voz del de ojos gatunos.
— Hace mucho que no sé sobre él... — Murmuró en un tono afligido. — Obviamente lo conozco, lo conozco desde hace mucho tiempo, solamente... Él está lejos, de viaje, ¿por qué preguntas sobre él?
— No mientas, sé donde está él, sé su situación. — Dijo tranquilo. — Soy su psicólogo y necesito tu ayuda, ¿me la darás? No lo hagas por mí, hazlo por él. Te necesito, por favor, Jungwon, sólo te pido esto.
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