—¿te irás de casa? yo creo que aún no es tiempo, ya no podré prepararte el desayuno y verificar si te quedaste dormido en tu escritorio, ¿y si te da fiebre? yo no estaré a tu lado. —su madre tenía las manos juntas, al lado estaba su esposo con traje, pues recién había salido del trabajo.
Max y Sergio estaban en el sofá delante de ellos, el mayor tenía las manos temblando, no sabía que Pérez estaría tan emocionado a tal punto de decirle a sus padres al día siguiente. Por alguna razón le tenía miedo a los padres de su novio. El señor Antonio dejo su postura con la mirada hacia el costado para ahora, mirar hacia el único holandés.
—escucha muy bien Max Verstappen, espero que no tengas malas intenciones con mi bebito Sergio, recuerda que soy militar. —advirtió el mayor. Max trago en seco.
—No no no, claro que no señor Pérez, solo quiero a Sergio en vida y obviamente ustedes podrán visitarnos cuando ustedes desean, hace poco encontré trabajo porque este año termino mi carrera universitaria, así que tenga por seguro que a su hijo no le faltará agua ni comida. —habló Verstappen sonriendo nerviosamente.
—Papá, Mamá, ya estoy grande y puedo aprender a independizarme, pero esta vez lo haré junto a el. lo quiero mucho y solo queremos tener un poco más de... privacidad. —Sergio dijo lo ultimo en un susurro que se escuchó.
—¿privacidad? pero siempre te damos privacidad mi pequeño bebé. nunca los interrumpimos...
—¿seguros? —preguntó Sergio y sus padres asintieron seguros.
Aquí es cuando la pareja recuerda todos los momentos incomodos en el que con Max estuvieron en posiciones comprometedoras y el padre del menor terminaba votando al holandés de la casa.
—no se hable más, no necesito llevar nada más que mi ropa y libros, pueden dejar mi habitación tal y como esta. —Sergio sonrió y se levanto del asiento yendo a su habitación dejando al pobre de su novio con sus molestos padres. quienes no hacían mas que observarlo.
Luego de unas horas en las que Sergio estuvo organizando todo para irse, su madre preparaba la cena con la ayuda de Max. El holandés tenia que aceptar que la madre de su novio cocinaba delicioso.
Ambos conversaban de los futuros planes que tenían, Max no paraba de contarle a su suegra lo mucho que le hacia feliz el pequeño mexicano de la casa.
La señora Pérez no podía estar mas encantada con el novio de su hijo, era un poco torpe pero eso lo hacia ver tierno. Era un joven atento, apuesto y ahora estaba terminando su carrera universitaria, era el hombre que toda persona necesitaba en su vida.
—uy, eso se ve rico. —Sergio entro a la cocina sacando una cuchara y tomando un poco de sopa sin el permiso de su mamá. Esta solo sonrió y salió de la cocina para darles su espacio.
El más bajito enrolló sus brazos alrededor de la espalda del mas alto, este solo sonreía cortando los tomates.
—Maxie, espero que nunca me dejes. -habló el menor apoyando su cabeza en la espalda contraria.
—te quiero mucho como para alejarte de ti, creo que seríamos esa pareja que no puede estar lejos del otro. —respondió dejando de cortar los tomates y dándose la vuelta para abrazar al menor.
Que ambiente mas romántico.
Sin darse cuenta que una parte de su camisa había comenzado a quemarse. La señora Pérez entró a la cocina ni bien sintió el olor a quemado. Max gritó como niña al ver su camisa humeando. Sergio no lo pensó dos veces mientras sacaba el extintor y abrirlo, toda la casa había comenzado a humear aquel humo gris del quemado y del extintor.
—estoy pensando seriamente en hacer que ambos no vivan juntos. —dijo el señor Pérez agarrando el periódico y yéndose a su habitación.
Muy tierna la pareja pero también peligrosa.
-Carlie
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꒰ ୨ㅤ 34+35: " Chestappen" ‹3
Fanfic"Quiero saber si me puedes follar toda la noche cariño " Sergio solo quería estar con su novio a solas Si no te gusta el contenido o este tipo de historias, evita leer u ofender los gustos de los demás. Cualquier comentario ofensivo será eliminado...