Había amanecido otra vez para Christopher, un joven de veinte años, que debido a su necesidad, había tenido que trabajar como recolector de basura, trabajo que odiaba, pues sus compañeros lo habían convertido en blanco de burlas. Eran varias las ridiculizaciones, que llevaba sufriendo desde hace un año, y el que él no los enfrentara, hacia peor la situación.Bajó a desayunar encontrándose con su madre, que lo esperaba para comer, hace un tiempo ya, que su familia se había destruido por causa de su hermano, pues este padecía de una enfermedad mental, enfermedad que lo había llevado a asesinar a su padre, y a mutilarse la lengua en un acto de locura, acto que lo había dejado encerrado en un manicomio de por vida.
Había sido Christopher quien lo había encontrado apuñalando a su padre, y aunque había intentado defender a su progenitor, lo único que consiguió, es que su hermano Gabriel, lo hiriera a él también, había sido esa la razón, por la que Christopher tuvo que golpearlo con un bat, destrozándole así las manos en el proceso, aunque ni eso había hecho que soltara el cuchillo.
Su madre pensaba que su hermano había sido poseído por algún demonio, para él solo era un psicópata desquiciado, que había perdido la cabeza, desde que eran niños, Gabriel siempre había sido un dolor de cabeza para sus padres, le gustaba torturar animales, era eso lo que lo había llevado a estar siempre entrando y saliendo de clínicas psiquiátricas, aunque fue su padre quien había intercedido por dejarlo vivir en casa, la última vez que salió de la clínica, su madre no había estado de acuerdo, per su padre la convenció, decisión que terminó por costarle la vida.
-Gracias mamá -Dijo despidiéndose-.
-¿Vendrás a almorzar?
-Si mamá, hoy mi turno no será muy largo, además -Intentó continuar con la conversación, pero una llamada lo interrumpió-.
Escuchó atento lo que la persona al otro lado del teléfono le decía, y no pudo evitar sentir alivio, al fin podría dejar su trabajo de recolector de basura, para servir como mensajero en una empresa.
-Me han aceptado mamá -La abrazó dándole la noticia- al fin podré dejar este trabajo.
-Me alegra mucho hijo, con tu trabajo y el dinero que nos dieron de la pensión de tu padre, al fin podremos mudarnos de aquí.
-¿Mudarnos? -La cuestionó-.
-Sí, ya no quiero seguir en esta casa, los recuerdos están terminando conmigo.
-Pero mi hermano.
-A él no lo menciones -Exigió con los ojos llenos de lágrimas- él no existe ya, él está muerto para mí -Finalizó el tema, no quería hablar más de él-.
El día se le hizo pesado, sobre todo por sus compañeros, que como de costumbre lo molestaron, pero eso ya no le importó, sabía que ese sería su último día ahí.
Tiempo Después
Habían subido la última caja al camión de mudanzas, después de todo la situación mejoró mucho con su nuevo trabajo y ahora podían irse de esa casa que tantos malos recuerdos les traía y él hasta había conseguido una novia a la que su madre, le tenía mucho cariño, pero él aún tenía un asunto pendiente.
-No deberías ir a verlo, no después de lo que te hizo.
-Es mi hermano mamá, solo iré a despedirme, necesito cerrar este capítulo traumático y seguir con mi vida.
Intentó convencer a su madre de que lo acompañara, pero está se negó rotundamente. Se dirigió hasta el sanatorio en el que había sido internado y pidió que lo dejarán ver.
Fue llevado hasta un cuarto de visitas, el aspecto de su hermano era terrible, había mucho odio en su mirada y demencia también, lucía como todo un psicópata, lo saludó, pero este no pudo contestar, intentó hacer algunas señas, pero sus manos habían quedado inútiles, por los golpes recibidos.
Besó su frente en un gesto cariñoso y acarició sus manos, para tratar de transmitirle calma, le tomó unos minutos contarle lo bien que iba su vida y la de su madre ahora, le habló sobre su novia y sus planes a futuro, le habló de lo feliz que era.
-Recuerdo cuando éramos pequeños -Dijo con nostalgia- siempre pensé que podríamos ser buenos amigos, pero no fue así, siempre fuiste un maldito chismoso, odiaba que te encerraran en las clínicas psiquiátricas, porque sabía que durante ese tiempo, debía mantenerme cuerdo, para que no sospecharan nunca de mi, ahora por tu culpa debo fingir que todo está bien -Lo acusó- si tan solo papá no hubiera llegado cuando discutíamos, no lo hubiera tenido que matar,y si tú no te hubieras entrometido, tampoco estarías cómo estás ahora, ¿Sabes? Prometí que nunca más volvería a matar, pero creo que haré una excepción hoy, tengo unos ex compañeros que fueron muy molestos y de los que me tengo que deshacer, pero tranquilo, nadie sabrá quién lo hizo.
Una sonrisa se dibujó en su rostro antes de salir por la puerta, en la noche las noticias hablaban de lo conmocionada que se encontraba el pueblo, por la muerte de dos recolectores de basura, al parecer el trabajador se había enredado en la trituradora, y su compañero en acto desesperado de ayudarlo, terminó muerto con él, habían sido muertes muy dolorosas y lentas.
-Me alegra mucho que hayas cambiado de trabajo hijo -Comentó entregándole la cena- solo mira lo que pasó con esos pobres muchachos.
-Sí mamá, soy muy afortunado -Sonrió llevándose un trozo de carne a la boca-.

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Lo Siento
HorrorEsta no es una historia en particular, son un recuento de historias que se escribirán hasta Halloween, así que espero y disfruten de ella algunas serán basadas en leyendas y otras en creppypastas.