Prologo

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La fogata... la fogata esta encendida, todos están bailando alrededor de ella esta noche, mientras que yo tomaba calmadamente un chocolate caliente mientras estaba sentado en una de las bancas cerca de la gran ronda de baile.

-Japón es lindo... -musite para mi mismo, dándole un sorbo a la taza de chocolate mientras veía la luz del fuego de la fogata, a su vez que podía sentir su calor aún con mis abrigos puestos.

Solté un suspiro, volteando un poco la vista para ver de forma más panorámica panorámica ambiente, era relajante, o tal vez simplemente no quería sentir otra cosa más que eso... eh? Que es eso en aquella ventana? Me había enterado que hace unos días un tipo raro junto a una chica se habían quedado atrapados en un almacén cerca de aquí, y me enteré que ese tonto también se enfermó, ¿será su habitación?...

Desde esa ventana, sobresalían algunos mechones de cabello de las personas que supuse que lo acompañaban, podía ver borrosamente sus colores, y también sobresalían unas puntas verdes que más que parecer cabello eran de tela...

Y de pronto...

-¡ouch! Carajo... -gruñi un poco, sobandome la cabeza luego de habermela golpeado contra el asiento de adelante. Mientras me recuperaba rápidamente del golpe, me gire a ver hacia la ventana, y note que ya estaba en mi destino- no jodas, otra vez ese sueño...

Me puse de pie en el bus, para luego caminar hacia la puerta de este, esperando a que se detenga completamente para en ese momento, cuando las puertas se abrieron, baje de este.

Cuando finalmente estaba en la vereda, pude observar que estaba en frente de un gran edificio, era mi segundo año en Japón, pero aún se me hacía raro ver tantos edificios y tanta naturaleza tan bien integrada entre si.

-Bien, aquí es... -murmure para mi mismo, admirando el edificio del cual seria mi nueva escuela- bueno, es hora de empezar...

Empecé a caminar a paso lento y sin prisa hacia el edificio, debido a que como casi siempre, había llegado una hora antes de lo habitual, no porque fuese puntual o algo por el estilo, simplemente me aburro bastante cuando me levanto y se que tengo el tiempo limitado para hacer otra actividad, por lo que suelo ir directo al grano y presentarme antes de lo debido...

Al ingresar al edificio, me dispuse a explorar un poco de el, note que no había casi ningún estudiante en el, a excepción de uno, el cual estaba en la cafeteria de la escuela, leyendo un pequeño, eh... no se que carajos tenia en la mano, pero note que se la pasaba leyendo una y otra vez la frase que tenía escrita, era algo así como un pequeño libreto de adivinanzas? Que tipo raro...

Me senté a un par de mesas de distancia de el y de mi bolso saque unos cuadernos, y al abrirlo, este estaba lleno de cálculos matemáticos, ejes cartesiano, ecuaciones cónicas y demás operaciones y ecuaciones cuadraticas, aunque en contra de lo que pensaría cualquiera que me vea con eso, solo me puse a... ¿dibujar? Sep, me encantaba dibujar por mero hobby...

Y...

Al ver el gran ventanal de la cafetería de la escuela, pude ver mi propio reflejo en el cristal, viendo de forma casi fantasmal mi cabello castaño claro y mis ojos marrones verdosos, mientras que mis facciones faciales solo mostraban neutralidad y algo de aburrimiento debido a la espera, pero... nunca se me pasó por la cabeza que... esta aventura... Este gran cambio en mi vida...

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~Continuará~

"La séptima rueda de la bicicleta" (gotoubun no hanayome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora