Introducción: Regresar a casa.

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La brisa del aire fresco tocó mis mejillas al partir de ese lugar.

Estar encerrada en aquella gigante casa con gente desconocida me volvía loca. No podía dormir, no podía comer, era un castigo para mí aunque para mi papá fuera un rescate. Un rescate para mí, para tenerme junto a él más tiempo.

Pero, ¿qué podría ser diferente ahora? No necesitaba ser supervisada por aquellas enfermeras que en vez de comodidad, me abusaban con la mirada. No pedía un buen trato, pero sí un trato justo, algo que no encontré por seis meses. Ya no tenía intentos de quitarme la vida, podía caminar con miles de pensamientos azotando mi mente, podía mantenerme de pie, podía comer todas mis comidas. Podía ser una persona normal, ¿pero que era diferente ahora?

Estaba emocionada por ver de nuevo a mis amigos, a mi padre que su que odie por cuatro meses dentro de ese lugar, comencé a extrañar al quinto mes y al verlo al otro lado de la calle, esperándome con los brazos abiertos hacia que mi pecho se hundiera, no sé si de alegría o tristeza.

- Tesoro, te extrañé tanto. - corrí hasta él, dejando de lado mis maletas y cuando tuve su cuerpo frente a mí, me fundí en un abrazo cálido y pretencioso. El cariño de un padre solitaria me llenó, apartando aquellos pensamientos de lástima que tenía contra él, tomando lugar a pensamientos de añoranza.

- Estoy muy felíz de verte de nuevo. - me separé, observando las nuevas arrugas en su rostro y las nuevas canas en su cabello. - Te ves mucho más viejo.

- No creo que sea forma de reencontrarte a tu padre.- se apartó, ofendido pero al momento en el que no aguantó en colocar una sonrisa de felicidad en el rostro, supe que era broma. - Realmente todos estos meses estuve en modo automático, Tesoro. Te extrañé mucho.

Le respondí con una pequeña sonrisa, compartiendo el pensamiento.

El lugar en dónde estuve por seis meses no aceptaba visitas, por lo que fue demasiado difícil sobrevivir, sobretodo siendo una chica que creció sola junto a su padre y amigos. Pero más adelante entendí, era por mi bien.

Mi padre se acercó a mí maleta que había tirado en el suelo de la calle, y regresó a mí, bajo mi atenta mirada. Observaba todos sus movimientos, porque realmente lo extrañaba, aquellos movimientos que suele hacer, el parpadeo seguido que hacía cada tres segundos. Abrió la parte trasera del carro, y cuando mis pertenencias se encontraron dentro, corrí hacía la puerta del acompañante, emocionandome por llegar a casa.

Por regresar a casa.














C A T K R I N A

HOLAAAAAAA

créanme, yo sé que hay gente esperando actualización de mis otras historias y estoy en proceso, se los juro. Sin embargo he decidido hacer mi maravilloso comeback con esta pequeña historia con temática de terror, no soy experta en escribir sobre el género pero tengo esta idea en mi mente desde que comenzó octubre y la tuve que publicar.

Planeo que sea una historia corta, eso sí, los capítulos serán largos y puede que hayan descripciones un poco maduras: sangre, muerte, problemas mentales, y todo eso que se asocia con el terror. No prometo gore porque soy miedosa y asquerosa (o sea que me da asco imaginarlo) pero lo haré lo mejor posible para que transmita esa vibra hallowinesca y de suspenso.

Les tqm y espero que me sigan apoyando, un besito y esperen los capítulos de esta historia y de las demás.

SIMON SAYS | ENHYPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora