Compañeros Destinados

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-¿Compañeros destinados? Qué es eso mami.-Pregunto curioso el pequeño niño de ojos celestes y cabellera blanca,quien se encontraba descansando sobre el regazo de su joven madre. - veamos compañeros destinados son... personas que se aman por sobre todo, sin importar nada, como papá y yo. - respondió la mujer de manera alegre mientras abrazaba a su pequeño y lo llenaba de besos en las mejillas. La habitación resonaba con las risas de ambos - Son personas que están destinadas a encontrarse cariño, sin importar el tiempo, la edad,el género o cualquier clase social siempre se van a encontrar... son la mitad del otro.- volvió a pronunciar la mujer pero ahora con un tono más serio. - algún día tú también encontraras a esa persona cariño. - sonrió la mujer mientras abrazaba a su hijo.

-Lo siento, Satoru pero ya no podemos seguir con esto, veras yo encontre a mi compañero...-Fueron las frías palabras que mencionó a quel chico de cabellos lacios mientras se alejaba de Satoru.-

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Compañeros destinados...

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Solo son un cuento de hadas

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Satoru Gogo, era un Alpha dominante, nacido en el seno de una familia adinerada y siendo el hijo único del clan Gogo, fue criado sin carencias, era amado por sus padres, quienes eran destinados, Satoru era el producto de su sólido amor, creció escuchando las palabras compañeros destinados, de niño le hacía ilusión conocer a una persona que fuera su complemento y como no estarlo ver a sus padres le hacía ilusión.

Finalmente, su deseo se vio alterado cuando su madre enfermo, solo tenía 13 años, verla partir le hirió el corazón, y ver como su padre empezaba a descuidar su vida, le hiso entender que eso de compañeros destinados solo era una atadura sin sentido.

Comenzó a disfrutar de las vastas experiencias que puede darle la vida sin necesidad de creer en el "amor". Pensó que todo estaría bien siempre y cuando encontrara alguien con quien fuera compatible en las noches. Fue a los 17 qué creyó haber encontrado a dicha persona. Todo fue ilusión esa persona lo dejo sin importarle sus sentimientos.

Fue en ese momento que Satoru entendió que "los compañeros destinados" son una vil atadura que te impide disfrutar de los placeres de la vida. Decidido a seguir sus propios ideales disfrutaba cada noche con una nueva presa. Le divertían los chicos sin experiencia ya que le gustaba dominarlos a su beneficio.

Satoru se había convertido en un Alpha egoísta y narcisista ya no le interesaban las emociones ajenas solo quería sentirse bien. Después de todo los compañeros destinados, son un cuento de hadas, Satoru supo que sus padres son de esas pocas personas que tienen la fortuna de encontrarse como compañeros, realmente el poder encontrarlo tiene una probabilidad del diez por ciento. Realmente sería un golpe de suerte encontrarlo y Satoru no iba a perder su tiempo intentando encontrar a alguien que ni siquiera existía o eso fue lo que pensó...
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La brisa soplaba, era un clima muy frío un notorio inicio de que el otoño había acabado, el invierno se acercaba, las calles estaban llenas de colores marrón y carmesí las copas de los árboles estaban vacías, Satoru estaba camino a casa, cuando sus fosas nasales fueron invadidas por un aroma tan dulce, tan exquisito, tan único, algo que nunca había percibido, era inquietante aquella sensación por lo que no dudo en seguir aquel rastro de dulce aroma, el cual lo llevó a un parque de juegos, finalmente encontró el origen de aquel aroma tan único, lo desprendió un pequeño niño de melena rosada y ojos dorados, tan dorados como el oro, era inhumano ver a un pequeño ser tan perfecto corría por el parque jugando con las hojas carmesí de los árboles, resaltaba tanto con aquellos colores, era como si el entorno hubiera sido creado especialmente para el.

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