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Alastor y Lucifer eran jóvenes que iban a la Universidad juntos. Ambos Estaban enamorados mutuamente, pero no sabían que su romance sería más complicado y 𝐌𝐚́𝐠𝐢𝐜𝐨
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⧼𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥⧽
Los dos chicos se encontraban en la Universidad, ya hartos de ella y esperando el momento para salir de aquella Sala llena de estudiantes. Lucifer ya estaba algo mejor, aunque su tristeza seguía allí, pero pensaron que sería mejor volver antes de que se les acumule trabajo.
Las cosas parecían ir bien, aunque constantemente el Rubio presentaba bajones en los que, normalmente, lloraba o se apagaba. Alastor intentaba animar a su pareja cuando pasaba eso, ya sea con pequeñas salidas o mimos que el le daba.
A pesar de que el pequeño terminaba sonriendo, notaba como no se sentía del todo bien.
—“Me aburro“— se quejó Alastor, que provocó que Lucifer lo mirara con una pequeña sonrisa.
Habían pasado las horas necesarias para que todos salgan de la universidad. Estaban más que cansados, así que se dirigieron a sus casas.
Al volver, el Rubio, apenas llegó se sentó en la mesa para terminar sus tareas, haciendo que Alastor lo mirara con algo de pena al ver que el de ojos azules se encontraba serio y sin emoción.
Se acercó al más bajo, colocó su mano en la espalda de este y se posicionó cerca de la oreja de Luci.
—“Luci, te ves cansado ¿Por que no vas a dormir? Luego tienes trabajo. “— insistió el moreno.
Luci lo miro de reojo y suspiro. Sabía que Alastor se preocupaba mucho por el, pero en su interior sentía que debía hacer todo a la perfección, sin ningún error.. Sin decepcionar a nadie.
—“Necesito terminar esto. “— respondió.
—“Pero, Lu, pareces muerto recién salido de la tumba“— dijo Alastor con una sonrisa mientras lo miraba a los ojos aunque el contrario siga mirando la hoja.
—“No, dejame“— se quejó el de ojos azules con un pequeño enojo.
El castaño noto eso, así que agarro a Lucifer de la cintura y en vez de darle un graaan y apasionado beso, lo agarro, como un secuestrador, y lo llevó hasta la cama en la que los dos dormían.
—“¡Que mierda haces, Al! ¡Dejame! “— se quejaba Lucifer.
Se echaron los dos mientras el moreno abrazaba con fuerza al pálido. Luego de intentar Safar de los agarres de Alastor se rindió y solo aceptó su destino de dormir y terminar su tarea luego.
Aunque eso no quitaba que el Rubio de ojos azules seguía enojado con su pareja, mostrándole la espalda mientras este intentaba conseguir el sueño. Alastor notó aquella actitud, ya que cuando solía darle esa clase de cariños, Lucifer se los devolvía felizmente.