Advertencia ⚠️ : esta fanfic tratra sobre temas serios como la obsesión, autolesion , problemas mentales, canibalismo y pensamientos suicidas., no estas obligad@ a leer esto si simplemente no te agrada este tipo de contenido solo pásalo.
Capítulo 1: Ecos de la Oscuridad
Astarot siempre ha sido un joven peculiar. Desde niño, su percepción de la realidad ha estado teñida por visiones, ecos de voces distantes, y la presencia constante de sombras que solo él parece notar. En sus primeros recuerdos, el mundo ya estaba lleno de espectros; figuras en las esquinas de los cuartos, susurros en pasillos desiertos, y el frío inexplicable que a veces helaba su piel sin razón aparente. A los cinco años, cuando otros niños jugaban con amigos imaginarios, Astarot ya sabía que los "amigos" que lo rodeaban no eran producto de su imaginación. Eran reales, en su propio y terrible modo.
Con el tiempo, aprendió a callar sobre lo que veía. Sus padres, la escuela, sus conocidos… nadie entendía lo que él veía, y en algún punto entendió que era mejor así. La sociedad no tenía lugar para los niños que veían fantasmas. A los diez años, empezó a notar algo más: no solo veía espíritus, sino que, al mirarlos fijamente, podía sentir una conexión con ellos, un hambre inexplicable. Este deseo oscuro comenzó a apoderarse de él en momentos de soledad, y con el tiempo se transformó en algo aún más inquietante: el deseo de consumir, de poseer no solo el espíritu, sino también la carne.
Ahora, en su último año de universidad, Astarot ha construido una vida meticulosamente calculada. Es un joven de apariencia tranquila y reservada, con una personalidad que lo mantiene al margen de los demás estudiantes. Pocos se fijan en él; muchos lo encuentran extraño, pero no tienen razones para sospechar. En el fondo, su vida está dividida entre el estudiante que todos ven y la criatura oscura que sale a la luz solo en las horas más silenciosas de la noche. En la soledad, su mente se transforma, y su necesidad de cazar, de sentir la vida y la muerte en sus manos, se convierte en un impulso imposible de resistir.
Las noches en las que no puede salir de su cuarto, los ecos en su cabeza se vuelven insoportables. Escucha susurros, gritos lejanos, y siente la presencia de figuras a su alrededor, como si quisieran recordarle lo que es. La esquizofrenia ha convertido su mente en un laberinto del cual nunca puede escapar, y la autolesión se convierte en un alivio momentáneo. Las cicatrices en sus brazos son un recordatorio silencioso de su lucha, pero también un alivio. El dolor es un ancla, algo que le recuerda que aún está en el mundo de los vivos.
Sus encuentros con la muerte, sin embargo, son su mayor refugio. En cada uno de sus asesinatos, siente una paz perturbadora, una conexión con algo más allá de la vida que lo llena de satisfacción. Para él, matar es un acto de devoción; es la única manera de calmar el caos en su mente, de saciar el hambre insaciable que siente en el fondo de su ser. Y, en sus noches de canibalismo, encuentra un placer oscuro que nadie podría entender, una manera de tomar el control, de silenciar por un momento las voces y sentirse uno con aquello que lo atormenta.
Pero, a pesar de esta vida de secretos y sombras, hay algo que Astarot no puede entender: una extraña sensación de vacío. Cada asesinato, cada acto de violencia, le proporciona un alivio temporal, pero al mismo tiempo parece hacer crecer ese hueco dentro de él. Como si, con cada víctima, se alejara más de algo que necesita, aunque no puede nombrarlo. Una compañía, un igual... o tal vez un fin.
Con cada día que pasa, Astarot sigue adelante, atrapado en una rutina tan sombría como reconfortante. Su vida es un juego de máscaras y secretos, un equilibrio entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Sin embargo, en el fondo, sabe que este equilibrio no durará para siempre.
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Entre sombras. [ Grell Sutcliff x Oc male ]
Fanfictiones un relato psicológico que explora los límites de la obsesión, el deseo y la destrucción. Una historia donde el amor es un arma letal, y la devoción se convierte en el reflejo de las perversiones más oscuras del ser humano.