Esta oscuro y frío aquí...
- Mamá, ¿Cuando regresarán? - Se apoya contra el marco de la ventana, observando a su padre detrás del volante.
- Estaremos aquí en un rato, hija, iremos con tus abuelos, tienen una noticia para nosotros - Las dulces palabras de su madre llenaron aquella camioneta.
Isabella estaba confundida, desde que cumplió sus diez años solían dejarla sola con constancia en casa, bajo el cuidado de los empleados de su padre, además, había una señora ya mayor que se encargaba de la limpieza, cocina, y algunas cosas más dentro, cuando sus padres solían irse la dejaban sola con ella, bajo su cuidado.
Aunque esa señora ya era un poco mayor, ya tenía su edad, solía ser demasiado dulce con Isabella, le hacía su comida favorita, leía cuentos para ella cuando sus padres llegaban demasiado tarde por la noche. O se detenía a platicar con ella cómodamente sentadas en un sofá enorme alrededor de aquella sala frente a un televisor de pantalla plana.
- ¡Los veré más tarde! - Contesto Isabella a las palabras de su madre, que si bien relataban que harían en un instante, que viajarán tan lejos no le daba muy buena espina, siempre tenía ese presentimiento innecesario de que algo podría suceder.
Se despidió con su madre mientras su padre se despedía con una sonrisa, su madre con un beso volador, y dos hermanos pequeños agitando su mano de un lado hacia el otro constantemente, así fue como aquella familia dejo completamente sola a una chiquilla de doce años dentro de aquella enorme casa, junto con muchos empleados que bien podrían hacerle algún mal.
Pero esa noche sucedieron muchas cosas. Isabella escucho el sonido de unas sirenas manifestarse a altas horas de la madrugada cerca de casa, los vecinos quienes salían en multitud de sus casas y se dirigían hasta el lugar de los echós, un pequeño puente a unos cuantos kilómetros, dónde una familia de cuatro personas había sufrido un accidente. Dos niños pequeños acompañados de sus padres al volante y copiloto, sufrieron una muerte trágica a manos de un tren que se descarrilo de las vías y se llevó su automóvil junto con aquella hermosa familia.
Los vecinos estaban sorprendidos, una familia de cuatro personas fallecidas el mismo día en que salieron de sus casas, ¿Acaso eso no era trágico? Dejando a su única hija mayor a merced de los empleados que terminaban su turno en esa enorme casa, tan preciosa que parecía un castillo de la mas alta rama social. Aquella familia era adinerada, tenía incontables terrenos, vienes materiales, e bastantes bóvedas con dinero en su interior en cantidades extraordinarias, sus hijos aprendían a tocar el piano igual que su hermana mayor, mientras ella tomaba clases de esgrima y ballet, toda una pequeña fichita del arte.
Sin embargo, después de aquel accidente dónde poco tiempo después se enteró sobre el paradero de sus padres y hermanos, todo su mundo se desvasto, como si un balde de agua helada hubiera caído sobre su cuerpo en un instante, haciéndola temblar de miedo, terror, soledad, tristeza. El simple hecho de ya no ver a sus padres, sus hermanos, la entristecía de una forma devastadora. Después del funeral por muchas semanas Isabella busco alejarse de los espejos que había en casa, evitando ver su reflejo, igual que su madre, una pequeña copia de ella misma.
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Bajo las sombras del arte {Editando}
Teen FictionElla era misteriosa, exasperante, irradiaba belleza y amabilidad a dónde iba, con un pasado oscuro, carente de secretos que dejaban con la boca abierta. Él era un joven escritor, artista y músico, quien se interesó por los misterios que gritaban el...