Obsesión

Solo él

El pretender siempre fue una tarea sencilla para él. Había sido entrenado por mucho tiempo a cómo engañar a la gente que el actuar salía de manera natural.

Había engañado a tanta gente con ciertas actitudes que hacían de su trabajo una tarea sencilla, tanto así que no le tomó más de cinco días en ganarse la confianza de la mayoría de los equipos en ese mundo.

Entonces, cuando sucedía algo, nadie sospechaba de él. Después de todo, ¿quién se atrevería a culpar a alguien inocente?

Su misión siempre fue la misma desde el principio hasta el final: sabotaje. Sin importar cómo, solo debía asegurarse que Revil ganara y pueda cumplir su venganza de una vez por todas contra el viejo que protege a los habitantes.

Eón poseía un poder incomparable, demasiado poderoso que podría simplemente eliminarlos a ambos, por lo que siempre debía hacer el mayor esfuerzo cada vez que él estaba por su base. No era difícil, y francamente lo estaba haciendo tan bien, mas sus problemas se presentaron cuando cierto individuo llegó.

Duxo, un híbrido de paloma, había llegado a su team por invitación de Mictia junto a otros más. Realmente no le importaba en lo absoluto, con honestidad puede decir que no le tenía ni fe ni cariño siquiera a sus propios compañeros; no obstante, eso no le molestaba, mientras no se interpusieran su camino, todo bien.

El joven al llegar parecía algo desorientado. Aquino le tuvo que enseñar un poco lo básico, y, pese a ser inexperto, aprendía las cosas de manera rápida y casi perfecta. La paloma era buena, tanto en combate como en defensa. Sabía que podía hacer y que no en una situación de peligro, además de que sus movimientos eran demasiado buenos.

No obstante, Aquino debía ser realista, Duxo seguía siendo alguien débil, no tenía mucha posibilidad de sobrevivir por llegar tarde.

Pero su perspectiva de esa paloma se distorsionó un poco en aquel concierto. Ese día fue donde comenzó aquella obsesión por el híbrido de paloma.

Era claro que los habitantes necesitarían un descanso después de tanto caos en los últimos días. La gente estaba demasiado preocupada por sobrevivir que algunos desarrollaron paranoia ante cada sonido. Por lo que, el concierto fue una buena idea de dejarlos descansar después de tanto ajetreo.

Mientras la mayor parte de las personas estaba amontonadas en la zona del frente, él estaba disfrutando estar atrás, lejos de la multitud, encantado por la música y dejándose llevar por el ambiente alocado y demasiado despreocupado que envolvía todo el concierto.

La calma antes de la tragedia. Se dijo a sí mismo.

Ese día del concierto era el punto clave para empezar su misión de destrucción. Las bombas, las parcas, las nereidas, el daño incrementado, toda dificultad iba a cambiar a partir de ese día. Aquino comenzaría la fase tres en pocos días; hasta entonces debía definir bien cómo lo haría sin levantar más sospechas.

Al estar hablando con la nutria de túnica morada y lentes, no se dio cuenta de la cercanía de cierto híbrido hasta que su cuerpo impactó contra el suyo.

Algo frustrado, mueve su cuerpo en dirección del individuo, dándose cuenta de que era el nuevo integrante.

—Ay, perdón, webón. —se disculpa inmediatamente luego del impacto. Duxo se veía algo preocupado por el choque, echando una mirada rápida hacia su cuerpo. —Maldito seas Soarinng y tu trasero enorme.

Lo último sale como un murmuro, la música no era tan alta en esa zona por lo que pudo escuchar levemente ese comentario. Si bien estaba enojado por la interrupción, una ligera risa divertida sale de sus labios cuando el mayor muestra una mueca molesta, arrugando sus cejas e insultando a su amigo desde lejos.