Jimin, un pequeño joven de 17 años con una sonrisa preciosa y una vida llena de dulzura comienza a decaerse, haciendo que su bonito brillo se vea apagado por una razón desconocida.
por tales motivos opta por una costumbre un poco particular, escribi...
Querido universo, te escribe una estrella fugaz que cayó del cielo, soy un pequeño pedacito de roca que se desprendió de un meteorito, soy insignificante pero brille por un un tiempo, mi brillo era bonito mientras me dirigía a la tierra, ¿Tú creías que era bonito universo? Yo lo creo, porque todas las estrellas que conocí en ese viaje me lo decían muchas veces.
Fue un viaje de tantos años pero que no fueron suficientes para disfrutar todo lo que había en el cielo, Universo, conocí a un lucero que siempre estuvo ahí desde mi nacimiento, era más hermoso que yo, vestía un bonito vestido color blanco que cubría su cuerpo y un collar de perlas que adornaba su cuello, tenía una sonrisa que podía parecer como el canto de las aves de la tierra y era el lucero más amoroso que podré conocer, le llame madre durante tantos años. Sentí que con su compañía no debía temer si me desintegraba incluso en el trayecto de mi existencia, porque me sostenía con cuidado de no romperme, pero tú eras bastante celoso, porque no permitiste que ese lucero me acompañará más, lo tomaste y lo llevaste de nuevo a tu lado y me dejaste solo una vez más.
También conocí otra estrella universo, esa estrella tenía los ojos como cristales resplandecientes, grandes y bonitos, sus lunares eran como las constelaciones de la osa mayor o pegasus, pero lo que más me gustaba de ella era su humor, noche y día reía junto a ella, podría notar como ambos eramos más brillantes juntos, porque no solo su humor si no también su amor me volvía fuerte. Con esa estrella conocí lo que eran los abrazos y los besos en la frente, con ella no tenía miedo de chocar y rompernos porque cuidaba de mí... Con su vida.
Hubo una noche de tormenta en el oscuro cielo y me enamore de esa oscuridad universo, me enamore inocentemente de una constelaciones la cual me brindo bondad pero una constelación oscura que solamente estaba vacía, me atraía a ella con gestos que no significaban nada pero para mí eran poemas que llenaban mi corazón, soy una estrella fugaz tierna, no sabía lo que era amor hasta que le conocí, pero tal parece que una vez más querías ser cruel conmigo, o tal vez esa ocasión si fue mi culpa, no puedo saberlo aún, pues creí que incluso un agujero negro podría ser amigo de una pequeña estrella, creo que me equivoqué.
Me absorbió con tanta facilidad cuando traicionó mi confianza y lastimo cada parte de mi ser como una lluvia de meteoritos cayendo con fuerza sobre la luna, dejando cicatrices que no se pueden borrar. Perdí el amor a la oscuridad y comencé a temerle universo, temí a la constelación y a un agujero negro que solo rompía mi corazón y dejaba grietas que sangraban sin darme cuenta.
Pero ahí estaba mi estrella de ojos grandes, quien me libero de todo el tormento y lágrimas y me sostuvo entre sus brazos mientras susurraba que todo estaría bien. La llamé hermano, la dejé que viera mi fragilidad así como vio mis primeros pasos y en ambos momentos me tomo de la mano.
Pero universo, comienzo a creer que estabas celoso de mí, ¿Es que acaso me odias? Porque el mismo día que perdí a mi lucero también hechizaste a mi estrella favorita, la llevaste a un sueño profundo en dónde ya no puedo volver a ver sus ojos brillantes y tampoco escuchar su suave voz, mi estrella está dormida y no puedo despertarla, he cantado para ella, he llorado por ella pero parece no escucharme, aún así su rostro sigue siendo el mismo, esa sonrisa sigue en sus labios y eso me rompe aún más universo.
Y ahora estoy solo, el brillo que todos amaban se desvaneció y solo me volví una roca, una la cual cayó con tanto dolor en la tierra y se desintegró, volviéndose particulas de polvo, no brille, no viví, solo lloré y me ahogue porque caí en el terrible y frío mar.
Pero cuando estaba por sumergirme en el mar y quedarme en su fondo algo me iluminó, conocí a la luna universo, tan brillante y hermosa, tiene labios bonitos y también una sonrisa escandalosa tararea canciones que nunca conocí y tiene un humor peculiar. Me salvó universo, la luna me tomo entre sus manos y me cubrió con un manto suave. Aún no sé cómo llamarla, ¿Sería correcto llamarle padre? Desearía poder hacerlo.
Me observo y me amó aún siendo tan desechable, aún sin brillo el cual mostrar, la luna me ha acogido y me ha ayudado aún cuando extraño el cielo, por favor te pido no me quites a la luna, es lo único que me queda.
Pero, ¿sabes universo? El sol ha acompañado a la luna, es su amante y hacen la pareja más bonita, cuando ellos se besan de una manera distinta, como esos besos de las películas románticas, ellos forman un eclipse, me gusta verlos así, siento que amar de una forma que todos creen prohibida solo puede crear hermosas obras de arte.
El sol ha sido cálido, cuando sonríe muestra sus oyuelos y son bonitos, también es muy torpe pero tímido, es el sol más interesante que podría conocer una estrella tan pequeña como yo, por eso te suplico universo que no me separes de la calidez del sol.
Y aún así universo, deseo estar de nuevo en el cielo, aún amando al sol y la luna, aún conociendo la lluvia en la tierra, deseo universo que pueda estar de vuelta en dónde brille, por favor universo, una vez puedo pedirte que me veas, aunque ya no sea hermoso, aunque sea una estrella sin brillo, te pido me lleves al lado de aquel lucero y mi estrella de ojos brillantes.
Por favor universo... Sálvame, te lo pide tu estrella MIN.
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El rubio doblo aquella pequeña hoja cubierta de lágrimas y la dejo dentro de un sobre en blanco, no había dirección, no había destinatario, solamente la palabra "Min" que era la abreviatura de su nombre, Jimin.
Salió de su habitación notando la presencia de los mayores quienes le esperaban con platillos de comida caliente y dos pares de brazos abiertos, no dudo y con pasitos ligeros camino hasta ellos para ser abrazado y en dónde se permitió llorar una vez más, sola una vez más ese día.
La carta que había escrito sería llevada al correo, sabiendo que se perdería y no tendría un destino, siendo sus palabras llevadas a la nada, siendo dejadas en el olvido, sintiendo que podía respirar un poco pues aunque calmaba ayuda sentía que ya estaba siendo liberado.
Oh pequeño ángel, si supieras que el destino no te odia, pues una estrella sin brillo está destinada a conocer a dos mortales que darían la vida por él sin saberlo aún.
