CAPITULO 2

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Los días pasaron, y Sophia se adaptó a la rutina de cuidar a Kal mientras Henry salía para cumplir con sus compromisos

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Los días pasaron, y Sophia se adaptó a la rutina de cuidar a Kal mientras Henry salía para cumplir con sus compromisos. Aunque los enfrentamientos iniciales con Henry habían sido tensos, Sophia encontraba consuelo en la compañía de Kal, quien se había encariñado rápidamente con ella. A pesar de las advertencias y la actitud exigente de Henry, Sophia hacía su trabajo con dedicación, algo que, aunque él no reconociera, claramente comenzaba a notar.

Sin embargo, la tregua duró poco. Una tarde, Sophia llegó a la casa con algunos juguetes nuevos para Kal y lo encontró en la sala, con Henry observándola con una ceja alzada. Desde su último intercambio, él parecía decidido a analizar cada uno de sus movimientos, y eso la irritaba profundamente.

── ¿Te parece prudente traer cosas sin consultarme? ──dijo Henry, con los brazos cruzados.

Sophia rodó los ojos mientras le mostraba una pelota y un mordedor nuevo para Kal.

── No sabía que comprarle algo a tu perro sería un problema ──replicó ella, con un tono de burla evidente.

Henry la miró con desaprobación.

── No se trata de eso. Se trata de que me informes antes de tomar decisiones que lo afecten. Kal tiene necesidades específicas, y no es cualquier mascota.

Sophia apretó los labios, frustrada.

── Es un perro, Henry. Un perro. Claro, entiendo que es especial para ti, pero no estás lidiando con una veterinaria principiante. Sé lo que estoy haciendo ──respondió, con un tono que indicaba que estaba empezando a perder la paciencia.

Él la miró fijamente, sus ojos azules pareciendo hielo puro.

── ¿Ah, sí? Entonces explícame por qué piensas que es apropiado desafiarme en cada pequeña cosa. Estás aquí por trabajo, no para contradecir cada palabra que digo.

Sophia sintió que la rabia le subía por la garganta, pero respiró hondo y se mantuvo firme.

── Estoy aquí para hacer mi trabajo, Henry, y lo haría mucho mejor si tú no estuvieras encima mío cada cinco minutos criticando cada cosa que hago ──dijo, mirándolo desafiante.── Te recuerdo que fuiste tú quien me contrató, no al revés. Así que, si no confías en mis decisiones, no tengo problema en buscar otro lugar donde me valoren más.

Henry dio un paso hacia ella, tan cerca que apenas unos centímetros los separaban. Su presencia era imponente, pero Sophia no retrocedió. En cambio, se mantuvo en su lugar, sosteniendo su mirada.

── ¿En serio? ¿Es tan fácil para ti renunciar? ──preguntó él, con una chispa de provocación en su tono.── Eso dice mucho de tu profesionalismo.

Sophia se rió, aunque sin rastro de humor.

── No es renunciar, es dignidad. No tengo por qué soportar que alguien que ni siquiera me conoce me juzgue por todo. Kal parece confiar en mí más que tú, y eso debería ser suficiente.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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𝐀𝐑𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄𝐒𝐄𝐎 | 𝗵𝗲𝗻𝗿𝘆 𝗰𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora