El funeral

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Misaki corría desnudo por un prado verde. En el fondo, se alzaba una gran montaña cuya cima no se alcanzaba a ver. Los pájaros cantaban y su canto armonizaba perfectamente con la risa de Misaki, quien corría extendiendo los brazos en cruz mientras su miembro danzaba de un lado a otro.

- Usagi-san, este aire me purifica- le dijo Misaki parando de correr para mirarle. Se relamió los labios y posó su vista en la boca del escritor-. Vuélveme impuro... Usagi-san...

- Usagi-san... ¡Usagi-san!

- ¿Eh?- murmuró Akihiko despertando desorientado. Escuchó el sonido del teléfono fijo y vio el rostro asustado de su pareja-. Estaba soñando cosas bonitas...

- Usagi-san, están llamando.

- Pues responde- dijo en un murmullo mientras daba media vuelta con la intención de retomar el sueño por donde lo había dejado.

- No soy capaz... Son las cuatro de la mañana, debe de ser algo malo. ¿Y si le ha pasado algo a mi nii-chan?- dijo Misaki con miedo y Akihiko le miró.

- Tu nii-chan está bien, estará dormido, que es lo que deberíamos estar haciendo nosotros- dijo Akihiko y el teléfono paró de sonar-. ¿Lo ves? Solucionado-. Nada más decir aquello, el teléfono móvil del escritor comenzó a emitir un ruido estridente-. ¡Ya se puede estar muriendo alguien!- exclamó con fastidio mientras respondía a la llamada-. ¿Qué demonios quieres? Oh... Vale. Adiós.

- ¿Qué ocurre, Usagi-san?- preguntó Misaki todavía asustado. El escritor suspiró cerrando los ojos, dispuesto a dormirse de nuevo.

- Nada, Misaki. Mi padre ha muerto. Vamos a dormir.

- ¡Dios mío, Usagi-san!- exclamó Misaki abrazándole con fuerza.

- Oh, te pones cariñoso...- sonrió Akihiko correspondiendo el abrazo.

- Siento mucho lo de tu padre.

- ¿Y eso?- preguntó Akihiko extrañado y Misaki frunció el ceño.

- Pues porque es tu padre, es triste, Usagi-san.

- No, todo los días muere gente.

- Sé que tu padre y tú no estabais muy unidos, pero... ¿No te sientes triste?

- No, lo que siento es sueño y encima mañana voy a tener que madrugar para ir al funeral, así que me ha jodido hasta en sus últimos momentos.

- Te acompañaré al funeral.

- No, Misaki, no te hagas eso- negó Akihiko-. Estará lleno de gente desagradable.

- Soy tu novio para lo bueno y para lo malo- dijo Misaki sonrojándose ligeramente. Akihiko sonrió colocándose sobre él-. ¿Qué haces, Usagi-san?

- Me he desvelado, vamos a follar.

- ¡Usagi-san, más respeto!

- Perdona, Misaki. Vamos a hacer el amor- dijo Akihiko.

- Me refería a que tu padre acaba de morir, ¿cómo puedes estar pensando en sexo?- le reprochó Misaki y Akihiko se quedó pensativo durante unos segundos.

- Tienes razón, Misaki. La muerte de mi padre debe hacerme reflexionar... Estoy reflexionando...

- ¿Tienes que reflexionar encima de mí, Usagi-san?

- Sí. Ya he reflexionado, Misaki.

- ¿Y estás triste?

- No, Misaki, no estoy triste, pero he llegado a una conclusión.

- ¿A cuál, Usagi-san?

- Lo que vayan a comerse los gusanos- dijo Akihiko acariciando la hombría de su novio-, que lo disfruten los cristianos.

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