Quisiera Entenderte | Darling In The Franxx - Remake

Capítulo 6: ¡Vacaciones!

—¿Qui-Quieres volver a intentarlo?

Reiko quedó desconcertado en la puerta de su habitación tras la pregunta de Ichigo. El corazón comenzó a palpitarle como loco contra el pecho. Fue como si el tiempo se detuviera al perderse en aquellos ojos verdes que lo miraban fijamente, poniéndolo nervioso. Inseguro de saber a que se refería, él tragó saliva y reunió coraje para preguntarle:

—¿Quieres que volvamos a besarnos? —dijo, con un ligero rubor cubriéndole las mejillas.

—¿E-Eh? —pronunció Ichigo con torpeza. Se quedó sin palabras y su rostro se llenó de color. Tuvo que esperar a que su cabeza se enfriara. Permanecieron en completo silencio unos cuantos segundos mientras evitaban mirarse de la vergüenza, antes de que Ichigo se atreviera a hablar. —N-No, me refería a pilotear juntos. L-Le pedí a Nana que nos dejara practicar un rato para que te acostumbres a manejar con dos pilotos —explicó con timidez.

—Oh, te referías a eso... —dijo, y se río tensó por malinterpretar la pregunta. 

—S-Sí... —Ichigo acompañó la risa incómoda.

Una respiración profunda, y Reiko logró recomponerse, el enrojecimiento en sus pómulos ya no era visible.

—Está bien, vamos a entrenar —dijo, saliendo de la habitación.

Ichigo asintió con la cabeza mientras él cerraba la puerta. Juntos, caminaron hacia la sala de comunicación al frente del comedor. Se contactaron con Nana y ella los llevó fuera de la plantación al campo de entrenamiento, donde hicieron diferentes pruebas que lograron que Reiko terminara acostumbrado al manejo compartido en un par de horas.

Al regresar del entrenamiento a la mansión. Abrieron la puerta y se llevaron una gran sorpresa, una lluvia de confetis salió disparado a los cielos y cayeron sobre ellos.

—¡Ichigo, Reiko, Felicidades! —exclamaron al unisonó la mayoría de los parásitos del escuadrón, reunidos en una fila uno al lado del otro frente a la entrada de la casa.

Reacomodándose las gafas, Ikuno dio un paso al frente y habló con su característico tono serio.

—Lo hicieron bastante bien para haber piloteado juntos por primera vez. Felicitaciones —dijo entre aplausos cordiales.

—¡¿Bien?! —le preguntó Futoshi—. ¡Lo hicieron excelente! —exclamó celebrando con el puño en alto.

Los pilotos de Nelumbium se miraron entre sí con complicidad y se sonrieron con alegría para luego agradecer al escuadrón por la cálida bienvenida. Miku se adelantó a la fila y fijo la mirada en Reiko con detenimiento.

—Reiko, hay algo que debemos decirte —confesó con convicción, y el joven nombrado agrandó la sonrisa, sabiendo lo que querían transmitirle.

—Lo sé, Zorome me lo contó —admitió.

—¿Eh? —Miku se quedó en blanco por unos segundos—. ¡¿Qué él hizo qué?! —preguntó alterada, y dirigió la mirada al parásito escondido detrás de Futoshi—. ¡Zorome! —le reclamó, histérica.

Nervioso, el chico se rascó detrás de la cabeza y desvió la mirada de los ojos amenazantes de su compañera de dos coletas. A pesar de saber que había metido la pata, el orgullo no le permitía bajar la cabeza y quedar en silencio, al contrario, se cruzó de brazos y se disculpó a su manera en un tono soberbio.

—Lo siento ¿sí? —dijo, girando la cabeza hacia un lado—. Estaba demasiado incomodo en el vestuario y puede que se me haya escapado.

Una palmada resonó en la entrada de la mansión cuando Miku se golpeó el rostro.