Capítulo 1 - Pss

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~Desconocido~

El sonido ensordecedor de la música retumbaba en el salón del club nocturno. Las luces coloridas se paseaban por la oscuridad del local, mientras que los cuerpos se movían al compás de la música. El olor a perfume barato se mezclaba con el de tabaco y el sudor, pero esto no parecía importarle al joven hombre que estaba parado observando el lugar.

Se acercó a la barra de bebidas, y pidió una cerveza fría. Su voz sonaba rara, como si arrastrara las sílabas tratando de formar una frase coherente. Miró a las demás personas sentadas en el extenso de la barra como un predador al acecho, y encontró a una hermosa y solitaria mujer, de cabellos rubios y un semblante decaído.

Recibió y pagó su bebida para luego dirigirse a la rubia con su mejor sonrisa puesta, aunque esto le diera un aspecto de zombi junto a sus ojos caídos. La mujer sorbía su bebida de color cerúleo con parsimonia, para luego jugar con el sorbete entre las gemas de sus dedos. Él carraspeó llamando su atención, y esta lo miró frunciendo levemente su entrecejo.

—Hola guapa —saludó tropezando con las palabras.

—Ah, hola —ella respondió con una sonrisa trémula tratando de no ser descortés.

El hombre volvió su mirada a la bebida cerúlea que la mujer bebía, y aún en su estado etílico se dio cuenta del leve temblor en sus manos al llevar la bebida hasta sus labios.

—Vamos a bailar. —Extendió su mano a la mujer, tambaleándose un poco con el acto.

—Lo siento, estoy esperando una amiga. —Le dijo meciendo el sorbete de su bebida en círculos.

—No seas aburrida, si estás en un club es para bailar. —Se acercó más a la mujer, y la tomó por la muñeca haciendo que esta abra desmesuradamente sus ojos levantando las cejas. Pero pronto sus cejas volvieron a fruncirse, al igual que sus labios.

—¡Suéltame! —Ella reclamó con cierto temblor en su voz, tratando de soltarse, pero el hombre siguió jalándola.

—¿No te enseñaron que a una mujer se debe respetar? —Un muchacho de tez clara y cabellos castaños, llegó a la escena, tomó el brazo del hombre y apretó su muñeca.

—¿Quién te crees? —El hombre se soltó bruscamente y se tambaleó. Al recuperar el equilibrio volvió a acercarse a la mujer tratando de tocar su rostro esta vez, pero ella se apartó.

—Soy su novio. —Se movió hasta estar frente a la mujer rubia a modo de protección. El hombre se rio como si le hubieran contado una broma.

—Eso no me importa, ella estaba sola en la barra, y voy a aprovecharlo. —Trató de apartar al muchacho, pero este agarró su brazo y lo apretó fuerte haciendo que el hombre desfigure su cara por el dolor.

—Por lo visto, tendré que enseñarte como se trata a una mujer. —Tomó la mano del hombre, y lo torció de manera a que gritara de dolor—. Vamos, discúlpate. —La esquina de su boca se curvó levemente, pero pronto volvió a estar recta.

—¡Ay! No. —Respondió entre quejidos, causando que el castaño aplique más presión, y la comisura de sus labios vuelva a curvarse—. ¡Lo siento! —Gritó con los ojos cerrados y partes del rostro arrugado.

—¡Vete, rápido! —Lo soltó de forma que se cayó al suelo. El hombre se levantó tambaleándose, y salió rápidamente del lugar maldiciendo en susurros.

Se sentó bajo la tenue luz de una farola de la calle, masajeando su muñeca, y manteniendo la mueca de dolor. Quitó un mazo de cigarros comunes del bolsillo, tomó uno y lo prendió para luego darle una calada profunda. Soltó vagarosamente el humo y observó cómo formaba figuras extrañas en el aire mientras lo soltaba.

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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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