(Vestido)
Harry observaba a su hermana Leila desde la distancia, sus gestos siempre tan calculados, su sonrisa encantadora ante todos, y esa facilidad para fingir que todo era perfecto en su vida. Sabía bien que ella siempre lo había tratado como alguien inferior, una especie de molestia de la que jamás pudo deshacerse. Pero ahora estaba casada con Louis, un hombre que Harry nunca imaginó que llegaría a desear con tanta intensidad.
Louis era el tipo de hombre que nadie ignoraría: fuerte, seguro, con una mandíbula tan afilada como su mirada, y músculos que parecían esculpidos con precisión. Sus ojos azules, fríos y calculadores, se entrecerraban cada vez que Leila lo tocaba o le sonreía de esa forma ensayada. Pero Louis no era el tonto que todos pensaban; él sabía sobre las infidelidades de Leila, y, sin embargo, seguía allí, sin mostrar ni una pizca de afecto ni desprecio. Era como si nada realmente lograra conmoverlo.
Harry, por su parte, estaba cansado de ser invisible para él. Veía a Louis como algo inalcanzable, alguien tan ajeno a su mundo como perfecto en cada aspecto que admiraba. Cada vez que sus miradas se cruzaban fugazmente, sentía que un impulso se apoderaba de él, un deseo tan intenso que lo hacía preguntarse cuánto más podría aguantar sin hacer algo. Necesitaba conseguir la atención de Louis, necesitaba que esos ojos fríos dejaran de ignorarlo.
Esa noche, cuando la familia se despidió y los murmullos de las conversaciones se apagaron, Harry decidió tomar la iniciativa. Se acercó a la sala donde Louis estaba solo, con un vaso de whisky en la mano y esa expresión aburrida que parecía tallada en su rostro. Se plantó frente a él, con una seguridad que apenas le pertenecía y que sentía arder dentro.
—¿Qué quieres, Harry?
La voz de Louis era grave, un poco ronca, y sus ojos azules lo escudriñaron, con esa mezcla de indiferencia y control absoluto.
Harry sonrió, acercándose un paso más, sin apartar la mirada.
—Que me mires, Louis. Sólo eso.
Louis lo miró, pero esta vez con una intensidad que Harry no había visto antes. Como si, finalmente, empezara a verlo en serio.
Harry se quedó inmóvil, procesando las palabras que Louis le había soltado casi sin esfuerzo.
—Lindo vestido.
Fue lo único que dijo antes de levantarse y dirigirse hacia la puerta, donde Leila lo esperaba con una sonrisa calculada y una mano extendida, llamándolo como si fuera un accesorio más en su vida perfecta.
Los padres de Harry se despidieron de ella con amabilidad, sin sospechar nada, sin ver las miradas furtivas, los gestos de desprecio escondidos tras las máscaras de la familia perfecta.
Harry se miró a sí mismo, observando el vestido que llevaba puesto, un diseño sencillo, nada especial, y sin embargo... Louis lo había notado.
Por primera vez, en ese breve momento, había reparado en él. El peso de ese cumplido le llenó el pecho, y sus mejillas se calentaron con un sonrojo imposible de ocultar. Louis no era alguien que lanzara cumplidos a la ligera, y eso sólo lo hacía sentir una mezcla de nervios y emoción imposible de contener.
Se mordió el labio, dejando que una sonrisa tímida se asomara en su rostro mientras Louis desaparecía tras la puerta con Leila. El cumplido resonaba en su cabeza, una y otra vez, tan insignificante y tan potente al mismo tiempo. Un simple "lindo vestido" era suficiente para hacerle creer, aunque fuera un instante, que Louis lo había visto de una manera diferente, que tal vez... también había algo en él que le gustaba.
(♡)
Espero que les guste esta novela que estoy empezando a escribir, en este momento difícil que estoy pasando, esto me distrae, espero que se queden <3
Bárbara Nadal.
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undeniable desire.larry
FanfictionHarry observaba a su cuñado desde el otro lado de la mesa, intentando ocultar su mirada fija, el interés casi inocente que parecía hervir en él cada vez que Louis estaba cerca. Louis, con su típica expresión de aburrimiento, ni siquiera reparaba en...