Un cazador fue a un bosque en busca de comida que pudiese llevarse a la boca.
Pasado un tiempo había recogido moras y algún que otro fruto salvaje y cazado un ciervo que no estaba atento al acecho del cazador.
En el camino de vuelta se encontró con lo que parecía ser un panteón para los muertos,la puerta estaba abierta invitando que pasase y el cazador tan curioso entró.
Vió una tumba hecha de mármol y en la tumba un escrito,el nombre que aparecía en esa tumba era el suyo.
ESTÁS LEYENDO
Microrrelatos
HorrorUn libro en el que iré escribiendo algunos pequeños microrrelatos que se me ocurran