Maia se subió al autobús escolar con una mezcla de emociones. Estaba nerviosa por empezar en una nueva escuela, pero también estaba emocionada por dejar atrás los recuerdos dolorosos de su pasado.Mientras miraba por la ventana, Maia pensó en su familia y en la decisión de mudarse a esta ciudad. Su padre había obtenido un nuevo trabajo y su madre había decidido dejar su antiguo empleo para cuidar de su hermano menor.
Al llegar a la escuela, Maia se sintió abrumada por la cantidad de estudiantes y profesores que la rodeaban. Se dirigió a la oficina de orientación para recoger su horario de clases.
—Hola, soy Maia —dijo—. Soy nueva aquí.
La secretaria sonrió.
—Bienvenida, Maia. Te daré tu horario de clases y te presentaré a tu orientador.
Maia recibió su horario y se dirigió a su primera clase. Se sintió nerviosa al entrar en el salón, pero pronto se relajó al ver a sus nuevos compañeros.
En la clase, conoció a Damián, un chico rubio y sonriente que se sentó a su lado.
—Hola, soy Damián —dijo—. ¿Eres nueva aquí?
Maia asintió.
—Sí, me llamo Maia.
Damián sonrió.
—Bienvenida. Te presentaré a mis amigos.
Damián la presentó a Sofía, una chica divertida y extrovertida, y a Mateo, un chico inteligente y sarcástico. Maia se rió mucho con ellos y se sintió como si hubiera encontrado un lugar donde pertenecer.
Después de la clase, Damián le preguntó a Maia si quería unirse a ellos para almorzar. Maia aceptó y se sintió emocionada de tener algo que hacer fuera de la escuela.
En el almuerzo, conoció a Cristóbal, un chico moreno y alto que se sentó al lado de Damián.
—Este es Cristóbal —dijo Damián—. Es nuestro amigo.
Maia sonrió.
—Hola.
Cristóbal la miró y sonrió ligeramente, pero no dijo nada.
Maia no se fijó en él, estaba demasiado ocupada hablando con Sofía y Mateo.
Después del almuerzo, Maia se dirigió a su próxima clase. Se sintió nerviosa al entrar en el salón, pero pronto se relajó al ver a Damián y sus amigos.
En la clase, Cristóbal se sentó al lado de Maia y le preguntó sobre su tarea. Maia se sintió un poco incómoda, pero respondió educadamente.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó Cristóbal.
—No, gracias —respondió Maia—. Ya entiendo.
Cristóbal sonrió y se concentró en su tarea.
Maia no se fijó en él, estaba demasiado ocupada en su tarea.
Después de la escuela, Maia se reunió con Damián y sus amigos en la biblioteca. Estudiaron juntos y Maia se sintió agradecida por la ayuda.
Mientras estudiaban, Cristóbal se sentó al lado de Maia y le preguntó sobre su libro favorito. Maia se sintió un poco incómoda, pero respondió educadamente.
—Me gusta "El amor en los tiempos del cólera" —dijo.
Cristóbal sonrió.
—Es uno de mis favoritos también.
Maia se sintió sorprendida, pero no dijo nada.
Después de estudiar, Maia se despidió de sus amigos y se dirigió a su casa. Se sintió emocionada por haber encontrado un nuevo grupo de amigos y por haber empezado en una nueva escuela.
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La coincidencia perfecta
Teen FictionMaia una chica que se cambia de colegio por temas de pasado, llega a esta nueva escuela donde conoce a gente impresionante que la hacen volver a creer en la amistad, conoce a Cristóbal, un chico carismático que la enredara en sus palabras y acciones,