Capitulo 2

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Narra TN

Miguel, Dante y yo bajamos a escondidas del tejado, pero tuvimos que darnos la vuelta cuando vimos a un familiar de Miguel más adelante. 

Por suerte, no nos vio a nosotros ni a la guitarra de Miguel.

Enrique: Mama,¿Dónde ponemos esta mesa? 

Elena: En el patio, hijo

Enrique: ¿Junto a la cocina? 

Elena: Sí, dejala, junto a la otra. 

Terminamos en una habitación que tenía fotos de los antepasados ​​de Miguel sobre una mesa. 

Wow...jamas había visto algo hermos

Miguel levantó la parte de la oveja de la mesa y escondió su guitarra debajo. 

Miguel: ¡Escondanse, escondanse!

 Empujé a Dante debajo de la mesa y rápidamente lo seguí. Miguel dejó caer la sábana y se puso de pie justo cuando escuché la voz de Abuelita. 

Elena: ¿Miguel?

Miguel: ¡Eh, nada! Mamá, papá, yo.

Entonces escuché la voz de su papá

Enrique: Miguel, tu abuelita tuvo la mas maravillosa idea . ¡Ya fue decidido!..Es tiempo de que te nos unas en el taller

Miguel: -Grita-¿Eh?....¿Qué?

Enrique: La boleada quedó atrás,hijos. Fabricaras zapatos a diario,despides de la escuela .

Elena:  Oh, nuestro Miguelitititito, continuara  la tradición familiar. ¡Y el Día de los Muertos! Tus ancestros  se sentirás ​  orgullosos..Harás huaraches como los tu tia Victoria 

Enrique: Y puntas de ala como las tu Papa Julio.

Miguel: Pero ¿y si no puedo  hacer  zapatos como ustedes?

Enrique:  Ay, Migue. Tienes a tu familia aquí para guiarte,hijo. Tú eres un Rivera. ¿Y un Rivera es...?

Miguel: Un zapatero... Hasta los huesos

Enrique: ¡Ese es mi muchacho! ¡Aja! ¡Berto! ¡Abre la mejor botella! ¡Quiero hace un brindis¡ 

Cuando los escuché irse, levanté la sábana para ver a Dante subir a la mesa rápidamente

Elena:¡Mm, mm, mm, mwah!

Miguel nos miró y vio a Dante en la mesa debajo de la cual estábamos escondidos. 

Miguel: ¡Dante! ¡No, Dante, detente!

Miguel saca a Dante de la mesa, pero tira el cuadro que está encima. 

Miguel: ¡Hunh! ¡Ah! ¡No, no, no, no, no!

 Miguel intenta agarrarlo, pero se resbala y cae al suelo. Salgo de debajo de la mesa.

Miguel: No. 

Miguel se cubrió la cara por miedo a la ira de su familia

TN:  ¿T-tal vez el vidrio no se rompió? 

Sugerí. 

Pero cuando lo recogí, escuché un vidrio caerse de su lugar y al suelo. 

Miguel se hundió de rodillas ante el sonido. 

TN: Bueno, ¿quizás podamos arreglarlo? 

Le di la vuelta y agarré la foto antes de que se cayera.

Lo que me llamó la atención fue que la imagen tenía algo más. Había una pieza doblada para que cupiera en el marco.

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