FALSO AMOR, ¿NO?

Capítulo 5

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La habitación de la mansión presentaba una pulcritud impecable, cada objeto y artículo ubicado con precisión matemática. Las atareadas sirvientas se afanaban en arreglar cada detalle del cabello, rostro y vestimenta de Jihyun. Su sentada posición denotaba su ánimo apagado, a pesar de tratar de esconderlo tras una máscara de indiferencia. La tensión en el ambiente se hacía pesada, asfixiándola sin dejar espacio para respirar a gusto. Jihyun contemplaba el reflejo de su rostro en el espejo, cada trazo y detalle resaltado con minuciosidad por manos expertas. Su expresión, en lugar de expresar regocijo por el inminente compromiso, transmitía una mezcla de abatida resignación y añoranza por aquella libertad que poco a poco se esfumaba. Un suspiro se escapaba de sus labios, revelando su verdadero sentir, pero las sirvientas continuaban ajenas a ello. Las sirvientas finalizaron los últimos detalles de arreglo, incorporando Jihyun de la pequeña silla plegable y haciéndola girar para poder contemplarla por completo. Sus ojos escudriñaron el vestido, el peinado y el maquillaje que con esmero habían aplicado. El silencio llenó la habitación mientras las sirvientas admiraban la obra culminada, esperando quizá algún gesto de aprobación o felicidad por parte de ella.

La sirvienta, parada en un costado de ella, sonrió ampliamente, admirando la obra culminada tras el arreglo.

ㅡSe ve realmente hermosa, señoritaㅡdeclaró con entusiasmo.

Jihyun escuchó el comentario, pero su rostro apenas mostró reacción. Se mantuvo en silencio unos segundos, antes de responder con una voz que, aunque suave, delataba su desánimo.

ㅡGracias, me alegra esoㅡdijo de manera apresurada, evitando mirar a los ojos a la sirvienta.

La puerta se cerró tras las sirvientas, dejándola sola en la elegante habitación. El silencio envolvió el lugar, solo roto por los latidos lentos y pesados de su propio corazón.

Se desplomó en la cama, los pensamientos y emociones luchando con ferocidad dentro de su mente. El sentimiento de desilusión era abrumador, sabía que no había tenido otra oportunidad para escapar del compromiso, para buscar otra solución que no fuera lastimar tanto a su amado padre, el Señor Jun.

Unos suaves golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos, se puso de pie y abrió la puerta para encontrarse con su madre, quien la contemplaba con un gesto lleno de ternura.

ㅡTe ves preciosa, hijaㅡdijo su madre con voz suave, escrutando cada detalle de su atuendo, cabello y rostro.

Los ojos de Jihyun se cruzaron con los de su madre por un momento, y pudo ver un destello de orgullo, quizá incluso de orgullo por mostrarse así, lista para el compromiso. Trató de sonreír, pero sus labios solo consiguieron una sonrisa forzada.

La señora Jun, notando la forzada sonrisa de su hija, le tomó del brazo y la llevó con delicadeza hacia las escaleras. En el siguiente escalón la miró a los ojos.

ㅡVamos, es hora de irnos...

Jihyun siguió los pasos de su madre, bajando en silencio las escaleras. Salieron al exterior de la mansión, el coche los esperaba con el chófer en espera. El padre, parado al lado del coche, los recibió con una sonrisa.

ㅡEstás preciosa, hija.

El ambiente era festivo, el compromiso era un motivo de alegría para la mayoría. Pero la desilusión y el resentimiento se adueñaban de Jihyun. La noche estaba llena de promesas para algunos, pero para ella significaba el final de algo. Su rostro se mantenía sereno, escondiendo sus emociones bajo una sonrisa forzada.

Ella subió al coche, seguida de su madre, y se acomodó en el asiento trasero sin dejar de mirar al frente, evitando cruzar miradas con cualquiera de los adultos.