french exit, charles leclerc

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❛ there's a chance you'll find a little laughter or happy ever after ❜

—Llegó la peor parte de todas —anunció Charlotte, haciéndose oír por encima de las conversaciones de los nueve restantes.

Era una hermosa tarde noche de sábado en el Principado de Mónaco. Tal como le había dicho Charles, se habían juntado a jugar golf, aunque Brigitte había sido principalmente la caddie del monegasco, y a arreglar todo sobre el viaje. Aunque esa última parte fue deliberada en el yate privado de Charles.

Brigitte contaba a diez, tal como Charles había especificado. Ni uno más ni uno menos. "Hasta en eso es perfecto" pensó una voz dentro de su cabeza.

Habían ido Charles y Brigitte, Carlos, Charlotte, Alana, Max, Lando, Nick y Rebecca Donaldson y su novio, Logan McLauren. Brigitte era amiga de la mayoría, o conocida al menos, aunque ¿con quién no era amiga ella?

—Ya todos sabemos que es desde luego de navidad hasta después de año nuevo —continuó Charlotte, ganándose qué los varones golpearan la mesa con las palmas—. Pero tenemos tres opciones. Italia, Francia o el Caribe. Y, como acordamos, la que elige es Nick al haber ganado —más aplausos, aunque también hubo abucheos en broma por parte de Carlos.

—Bueno, no hace falta decidir mucho. Italia es lo lógico —decidió Nick, en un segundo.

Más aplausos.

—¡Italia es!

Todos brindaron y las conversaciones continuaron hasta que la mayoría comenzó a pararse. Primero fueron Becca y Logan, luego fue Lando con Max, Alana con Nick y al último Carlos y Charlotte.

Eso último le hizo ruido a Charles.

—¿Te vas con Carlos? —preguntó el monegasco con un tanto de confusión.

—Eh... sí, pasa que...

Brigitte notó el aprieto en el que estaba su amiga así que decidió salvarla, una vez más.

—¡Charlie! —lo llamó—. ¡No puedo abrir la puerta!

Charles aun tenía el ceño fruncido pero no dudó en ir a ayudar a Brigitte en abrir la puerta que daba al interior del yate. No estaba mintiendo, realmente no podía abrir la puerta. Charles, en cambio, pareció solo tocarla y se abrió.

—Estaba trabada, princesa —comentó Charles, con diversión.

—O tiene algo contra las mujeres —Brigitte se encogió de hombros, mientras saludaba a Charlotte y a Carlos—. ¡Adiós, Cha! ¡Bye, Carlos!

—No entiendo porque se van juntos —murmuró Charles.

—Parecen buenos amigos —respondió Brigitte, encogiéndose de hombros—. No hay nada entre ellos, Lottie me lo hubiera dicho.

Tampoco mentía. Charlotte aún no le confirmaba nada, solo se le había escapado a Carlos.

—¿Te quedas un rato más? —preguntó Charles, mirándola sobre el hombro.

Brigitte se giró para ver el Palais Princier y atisbó la bandera aún arriba, por lo que tenía tiempo. Si la bandera bajaba significaba qué sus padres se habían retirado a la residencia privada de la familia, Roc Agel, y que era tiempo de que Brigitte buscara a Alexandre.