Capítulo 1

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Emily se sentó en la cafetería, sumergida en sus pensamientos mientras escribía en su cuaderno. La taza de café humeante frente a ella parecía una compañía silenciosa en ese momento.

De repente, la puerta se abrió y Liam Ryder entró. Su presencia fue como un golpe en el estómago de Emily. ¿Qué hace aquí?, pensó. ¿Por qué tiene que estar en todos lados?

Liam se sentó en la mesa de al lado, su mirada fijamente sobre Emily.

"Sabes que no puedes alejarte demasiado de la ciudad", dijo Liam, su voz firme.

"Ya he dicho todo lo que la policía necesita saber", respondió Emily, su tono enfadado.

"Sé que no te gusta mi presencia", continuó Liam, "pero tenemos que hablar."

"Ya hemos hablado", insistió Emily. "No hay nada más que yo pueda hacer."

"En todo caso, no puedes desaparecer durante dos días", dijo Liam. "Recuerda que también eres sospechosa."

"No desaparecí", replicó Emily. "Solo estuve en mi casa, terminando un libro."

Liam se inclinó hacia adelante, su mirada intensa. "No vuelvas a apagar tu teléfono. Es una orden."

Con eso, Liam se levantó y abandonó la cafetería, dejando a Emily sumida en sus pensamientos.

Estas últimas dos meses han sido una completa pesadilla, pensó Emily. Nunca imaginé lo mucho que cambiaría mi vida al recibir esa llamada.

"De pronto, miré por la ventana y vi cómo empezaba a llover. El olor a lluvia en el aire me transportó a esa noche de hace dos meses. Recuerdo perfectamente la voz que estaba al otro lado del teléfono: era fría y carecía de empatía.

- ¿Hablo con la casa de los Miller? - preguntó esa voz.

- Sí, así es - respondí.

- Pasó algo - dijo. - Necesitamos que venga de inmediato al hospital el familiar más cercano de Susan Rose y Gary Miller.

En ese momento, me paralicé. No sabía qué estaba pasando. Ellos eran mis padres. Habían salido temprano a hacer unos recados, sin especificar como de costumbre. Ellos solían salir mucho sin dar muchos detalles, así que era normal que no supiera dónde se encontraban.

Rápidamente anoté la dirección del hospital y conduje lo más rápido que pude."

Al llegar, me informaron que mi padre había recibido un disparo en la pierna y mi madre había resbalado y tenía un hematoma en la cabeza. Aún no había terminado de explicarme el médico cuando apareció esa voz fría.

"¿Eres el familiar de los Miller?" preguntó.

Asentí como respuesta.

"Acompáñeme", dijo. "Tengo que hacerte unas preguntas."

La voz fría provenía de un hombre alto, con cabello castaño cortado con precisión, ojos profundos que parecían ver más allá de mí. Su cuerpo musculoso y atlético se destacaba bajo su traje oscuro. Pero lo que más llamaba la atención era su rostro, completamente inexpresivo, como si hubiera sido esculpido en piedra. Sus facciones eran perfectas, pero carecían de calidez, de humanidad. Era como si estuviera frente a una estatua de hielo. "Soy el oficial Liam Rider", dijo con una voz firme. "¿Tú qué parentesco tienes con los sospechosos?"

"¿Los sospechosos?" repetí, confundida.

"Así es", afirmó. "Ellos al parecer están involucrados en malversación de fondos y trata de menores. Fueron heridos al intentar escapar durante el cateo."

No podía creer lo que estaba escuchando. Mis padres siempre fueron extremadamente reservados y estrictos. No era posible que ellos estuvieran involucrados en esto.

Me sentí desconectada, intentando digerir lo que acababa de escuchar. Pero de nuevo, esa voz fría me hizo regresar.

"Entonces, ¿qué eres de los sospechosos?", preguntó.

"Soy su hija", dije con el poco aliento que conservaba.

"Lo siento, señorita, tendrá que acompañarme, ya que también es sospechosa", dijo.

Desde ese momento, mi vida se convirtió en una pesadilla. Dos días después, me informaron que mis padres habían sido asesinados, muertos por asfixia. Todo mi mundo se derrumbó. Yo era hija única, y aunque nunca fui muy apegada a mis padres, no significaba que no estaba destrozada.

"Después de aquel día, mi vida cambió para siempre. Ahora, sentada y tratando de despejar mi mente, siento el peso abrumador de los recuerdos."

"Me dirigí hacia mi casa, rodeada por el silencio nocturno y el olor a lluvia reciente. Al entrar, la luz tenue de la lámpara del salón me recibió, y sentí un escalofrío al notar el desorden que había dejado durante los últimos dos días. La habitación estaba llena de papeles y documentos esparcidos por todas partes, y el aire estaba cargado de tensión. Me senté en el sofá, sintiendo la rugosidad del tejido bajo mis dedos, y comencé a limpiar."

Nada de lo que estaba pasando tenía sentido. Las acusaciones, su asesinato... Ni siquiera tenían sospechosos de su muerte, como si todo hubiera desaparecido.

"Mientras limpiaba el sofá, noté un pequeño espacio vacío debajo del cojín. Al investigar, encontré un pequeño borde de madera que parecía fuera de lugar. Al presionarlo, se abrió una pequeña compartimento, revelando una caja de madera oscura y pulida. La caja estaba adornada con intrincados patrones tallados, y en el costado, unos números grabados llamaron mi atención: 14-02-86.

"Al abrir la caja, encontré una llave pequeña y delicada, como si fuera para una cerradura antigua. La llave parecía hecha a mano, con una forma única y un brillo suave. Me pregunté qué puerta podría abrir, y por qué mis padres la habían escondido de esta manera.

"La fecha tallada en la caja me hizo pensar en un evento importante, pero no podía recordar nada significativo relacionado con esa fecha. ¿Qué había sucedido el 14 de febrero de 1986? ¿Y por qué mis padres habían decidido esconder esta llave y esta fecha de manera tan secreta?"

Estaba muy confundida. La llave parecía ser de una casa, pero no era la nuestra. ¿Acaso mis padres realmente escondían algo? No sé si entregar esto a la policía o investigar por mi cuenta.

"Las sombras que guardamos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora