Vida

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Hoy la visité en su trabajo, estaba ocupada como siempre, le lleve sus flores de cumpleaños (atrasadas por primera vez) la espere pacientemente (con lo que odio esperar), hasta que levanto sus ojitos bellos en esa carita perfecta y delicadamente maquillada,   volteó y me llamo sin decir nada.
Yo, cual ser ordinario atontada por ese gesto, solo pude decir: -Ya? (NO MAJE, OBVIO QUE YA)
-Si mami, ahorita que ya despejé el área. Me dijo bajito.
Saque la bolsita de regalo y la abracé mucho y fuerte, la besé y me volvió a abrazar. Le dije cuanto la amaba y la extrañaba, me regresó las palabras y vio las pequeñas florcitas con adoración. Poco nos importó que habían entrado otro par de clientes.
-Jaja, clientes más inoportunos. Me dijo con verdadera molestia disimulada con una sonrisa que se obligaba a dar a los clientes que entraban.
-Que agradezcan que no te subí la pierna. Jaja. (Yo. Como un ser ordinario de nuevo).
Me tuve que despedir y la abrace suavemente una vez más.
Yo también pedí un deseo el día de su cumpleaños. Espero tener vida para estar siempre para ella.

Olvidarme de MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora