—¡Jeongin, hijo de perra! ¡Abre la puerta!
—No creo que te abra si le dices eso...
El puño de Jisung continuó zumbando la puerta de la casa de su tía, con alaridos con voz vergonzosamente puberta aún. Minho, a su lado, se mantuvo expectante a lo siguiente que pasara. Le había puesto el contexto en la mesa a Jisung, y ahora lo veía tomando riendas de la situación como si la traición no le dejara dormir de noche. En parte, Minho sintió unas punzadas de envidia al notar lo afligido y encolerizado que estaba Jisung. Al parecer, quería mucho a Ryujin por sobre todo, pero decidió callarse las ganas de quejarse sobre ello.
—Oye, ¿y si nos vamos por un helado? —luchó por distraerlo. Se suponía que tendrían una pijamada para aprovechar el fin de semana.
—No has-has-hasta que el- el desgraciado me dé la cara...
—¿De verdad estás bien? Podemos irnos si quieres —buen truco; tomar provecho del titubeo de Jisung ante la situación para llevárselo a la cama. A dormir, porque el sueño de Minho desde la escuela siempre ha sido dormir sus ocho horas correspondientes con Jisung... Claramente.
—B-B-Bueno- Pero, ¿por qué él haría eso? Es mi primo- Él-
Minho tuvo que ladear la cabeza para verlo mejor. Jisung, cabizbajo, se notaba analizando las cosas. Entre el ir o quedarse, Minho podría ver claramente la escapatoria en el puchero que hacía.
Suspiró, jalando de su mano.
—Jisung, bebé. Vámonos.
—Está ahí dentro.
—¿Cómo lo sabes?
—N-No, en realidad no lo sé... —él mismo tironeó de Minho y, juntos, retrocedieron sus pasos camino a casa del pelinegro— Volvamos. Quiero abrazar a tus gatos mientras lloro.
—No llores, nenito...
—N-N-No puedo evitarlo —se giró a medio camino, su eterno puchero en exhibición para Minho—, me rompieron el corazón.
—¿De verdad la querías tanto así?
—S- —se detuvo a media afirmación con palidez, luego se miró las manos— Yo... Bueno, en realidad, ¿no lo sé...? —sería un acto de maldad decir que el corazón de Minho dio una zancada de esperanza ante ello, pero, más o menos, así fue— En un principio, Ryujin se me acercaba diciendo que a ella y su grupo de amigas le parecía tierno.
—Ajá.
—A veces me mandaban a comprar cosas a la tienda para la hora de almuerzo, así que nos empezamos a ver más seguido.
—Ajá.
—Ryujin empezó a pedir que nos encontráramos a escondidas y eso me había parecido muy romántico... Pero, últimamente, con el tiempo, esa chispa ya no la sentí.
—¿Últimamente?
—Este año no fue muy cariñosa —explicó con sus manos—. Me ignoraba o me evitaba a veces, pude darme cuenta —honestamente, Minho quería gritarle a Ryujin. Tenía la vasta idea de lo que la chica estuvo haciendo, pero no quería llegar a falsas conclusiones—. No salimos casi nunca estos últimos meses y no me llamaba. De hecho, solo hablábamos cuando era yo el que llamaba.
—Jisung...
—¿Doy mucho asco, Minho? —miró a sus ojos, nublados de lágrimas y sus mejillas rojas, jugueteando con sus dedos— Sé sincero conmigo, por favor...
Minho quería hacer arder al mundo en ese instante; darle uno nuevo a Jisung, donde solo él y sus gatos lo llenaran de amor.
—Jisung —apartó su odio para tomar con suavidad las mejillas del castaño—, eres lo más precioso que tengo en la Tierra.
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32.5 • minsung
Fanfiction🎃 ESPECIAL HALLOWEEN 🎃 (post halloween, en realidad) A Minho le pareció bien manejar la olvidada estación de radio de su padre con su mejor amigo para animarlo. Jisung creía que la azotea en donde emitían la señal era una mala idea. En general, r...