las chicas que nadie elige

No anhela, no busca

En un mundo que busca reflejos, ella brilla sin mirar,
No necesita aplausos, ni ojos que la admirar.
Su alma, un faro encendido, en la noche del común,
No busca ser amada, solo ser, en su propio rincón.

Su voz, un canto silencioso, que solo el viento escucha,
No anhela ser escuchada, solo ser, en su propia búsqueda.
Su corazón, un jardín secreto, donde las flores crecen,
No necesita ser regado, solo ser, en su propio silencio.

Ella camina con pasos firmes, sin miedo al desprecio,
No busca ser comprendida, solo ser, en su propio espacio.
Su mirada, un pozo profundo, donde la verdad se refleja,
No necesita ser descifrada, solo ser, en su propia belleza.

No busca ser amada, ni reconocida, ni celebrada,
Solo ser, en su propio mundo, libre y sin ataduras.
Su luz, un faro en la oscuridad, que solo ella puede ver,
No necesita ser compartida, solo ser, en su propia verdad.

Ella es la luz en la sombra, la flor que crece sin sol,
Una melodía silenciosa, que solo su alma conoce.
No necesita ser amada, solo ser, en su propio ser,
Y en ese ser, encuentra la paz, la fuerza, la libertad.