Capítulo 4

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Lo primero que presenció al salir de aquel lugar, fue la lujosa máquina frente a él. Distaba mucho de lo que usaban en Shimotsuki.

"Que grande" pensó para sus adentros.

Sin terminar de procesar la información de lo que tenía al frente, una orden de entrar le sorprendió. El pequeño solamente acató la orden.

El destino de su amiga le preocupaba. Se juró a sí mismo que nada más creciera o tuviera oportunidad, la rescataria de donde fuera que estuviese en aquel momento.

Luego de un gran viaje, de cambiar de transporte varias veces y de casi dormirse por el cansancio y el hambre, llegaron hasta las puertas de una gran estructura.

El hombre les volteó a ver, escaneandolos de pies a cabeza y luego diciendo: —Llama a una sirvienta, que les de un baño y los vista con algo, deben estar presentables ante sus nuevos amos.

De inmediato, como si se tratase de un hechizo, dos mujeres aparecieron y les condujeron a otra habitación un poco alejada donde se encontraba una tina de madera un poco humeante.

—La niña primero— le detuvo una de las mujeres, la más mayor de las dos.

Con sumo cuidado, desvistio a la muchacha que ocultaba su vergüenza bajo los gruesos lentes —cabe destacar que Zoro se dio la vuelta apenas supo lo que pasaría —.

Unos minutos después, la chica fue envuelta en una toalla con la que secaron su cabello, llevándola hasta una mesa a una distancia.

Zoro no pudo evitar que los colores se le subieran a la cara porque le estaban desnudando en medio de una sala con mujeres. Aunque eso a la sirvienta no parecía importarle, ya que con rapidez admirable lo baño, lavándole la cabeza en el proceso. Con él repitieron el mismo proceso que con la chica.  Aunque tuvieron cuidado limpiando la escasa sangre seca en su frente.

Allí en la mesa pudo observar como mientras ellos se secaban, las mujeres escogian una ropa sencilla para ambos. En el caso de la chica fue un simple vestido liso marrón y unas sandalias, y en el de él fue unos shorts junto a una camiseta del mismo color y sandalias. Su espada fue entregada luego de todo el proceso.

—Les daré un consejo a ambos: portense bien, no desearan que el collar en sus cuellos explote... — les advirtió con pesar la señora.

Ambos, cabizbajos, asintieron.

—Anden, no hagan esperar a los amos— les dijo por último la señora, mientras la chica más joven les conducía al lugar. —Solo espero que no caigan en manos de Ichiji-sama, Niji-sama, o Yonji-sama...

Por otro lado, los dos niños observaban atentos a una puerta de madera, por donde de supone entrarían sus nuevos dueños.

Poco después, dos niños entraron, uno con el cabello amarillo opaco y una chica con un tono rosado en el mismo. Seguido de ellos, entró el hombre que los trajo al lugar.

—Escuchenme bien, a partir de este momento, sus vidas quedan encadenadas a ellos dos. Deberán obedecer todas sus órdenes, y encargarse de que no hagan nada malo. Espero que ambos hayan comprendido bien el mensaje, o de lo contrario, habrá consecuencias. — los dos menores asintieron, a pesar de no estar mirando a su izquierda, pudo sentir como la otra chica estaba demasiado tensa. — El de pelo verde, ahora perteneces a Vinsmoke Sanji , y la de los lentes, a Vinsmoke Reiju.

Al terminar de hablar, ambos fueron entregados a los otros niños.

Primero, Zoro miró cuidadosamente a Sanji, buscando rastros de hostilidad o desdén.

—Me llamo Sanji, un placer conocerte — le dijo el muchacho con cierto brillo en los ojos.

—Zoro — simplemente respondió, tratando de no arriesgarse.

—¿Q-que te parece si vamos a otro lugar?— Le sugirió.

—Eres mi amo, debo hacer todo lo que digas, así que estará bien para mí.

El rubio asintió apenado.

— No necesitas preocuparte por eso, yo no tengo intención de hacerte daño.

Ok, eso sí sorprendió al peliverde. Después de todo, ¿Qué otra cosa si no hacían los amos de esclavos? Lo pudo verificar claramente en Sabaody.

—B-bueno, vamos. — susurró el rubio, tendiendo su mano hacia el peliverde.

El menor se limitó a asentir tranquilamente y tomar su mano.

—No necesitas preocuparte por la espada, es toda tuya, igual que la comida, Ichiji-niisan le quita las donas a su esclavo a pesar de que son su comida favorita, pero yo no haré eso.—.

Bueno...quizás Sanji no era tan malo a pesar de su puesto.

Como ya estaba anocheciendo, no se les permitía salir del castillo, así que se limitaron a quedarse en la cama.

Aunque Zoro sintió a Sanji, un poco después de que se acostaran — él en el piso, obvio— salir de la habitación, portando una capucha amarilla.

Así que decidió seguirlo.

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Este capítulo estaba originalmente planificado para publicarse el 4 de noviembre, pero por motivos de que mi país tiene un apagón total, es publicado hoy :^ .

De cualquier modo, espero lo disfruten y si les gustó no olviden votar plx <3 ustedes son mi apoyo.

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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