**Clary**
Escuché una voz decir mi nombre. Por instinto di media vuelta rápidamente, mis ojos se encontraron con una mujer delgada y de buen parecer. Su cabello era largo y tenía pequeñas ondas; era de un color rubio pálido. Vestía una chaqueta de cuero negra con unos jeans que moldeaban su figura. Por un momento, me asusté porque nunca antes la había visto y su mirada era firme. Sus ojos eran de un azul profundo. Lentamente, se acercó a mí. Retrocedí un poco, pero luego me detuve. Me dije a mí misma que podía ser algún artista.
—¿Cómo estás, Clary? —su voz era suave, como si entonara una canción.
—Bien. ¿De dónde nos conocemos? —pregunté rápidamente.
—De ningún lado.
De repente, sus manos tocaron mi rostro y mi vista se nubló por completo. Me sentía como si estuviera en un sueño. En él, había varias personas, entre ellas un chico rubio de buen parecer. Sentía que lo conocía de toda la vida y, por un momento, cuando él se acercó, mi miedo se disipó.
—Es hora de que recuerdes tu pasado para que dejes de vivir en un futuro tan absurdo —nuevamente, la voz de aquella mujer resonó en mi cabeza.
Luego, sentí cómo mi cuerpo se desplomaba y todo se volvió oscuro.
**Jadis**
—Ya he terminado mi trabajo, por lo que volveré a Idris —le comenté a mi hijo mayor, que me acompañaba.
—¿Estás segura de que recordará? —me preguntó mientras veíamos cómo un grupo de personas corrían hacia la chica de cabello naranja.
—Sí, inmediatamente vuelva a ver al chico, recordará todo —le respondí mientras abría un portal.
Pasamos a través del portal y ya nos encontrábamos en casa. Todos disfrutábamos de una rica cena. Estaba ansiosa por el día siguiente; por fin podría conocer a mi hijo y compartir con él, recuperar el tiempo perdido y sanar las heridas que nos han causado.
**Al día siguiente**
**Alec**
Invité a Izzy a desayunar a nuestra cafetería favorita. También le dije que trajera a Jace, pero resulta que aún no ha llegado, así que decidí desayunar por mi cuenta. La cafetería últimamente se ha vuelto muy famosa, tanto que tenemos que reservar para poder desayunar en un buen lugar. Me había esforzado y reservado una mesa para que tuviéramos un desayuno como hace tiempo no lo teníamos, pero al parecer se les ha olvidado.
Mientras disfrutaba de un rico sándwich de pollo, alguien se detuvo frente a mi mesa. Alcé la mirada y, frente a mí, estaba una chica de pelo castaño. Mis ojos se quedaron observando su deslumbrante belleza. Sus ojos eran verdes intensos, tenía una hermosa sonrisa y una figura envidiable. Vestía una minifalda y un top negro.
—Disculpa, ¿está ocupado el asiento? —su dulce voz resonó en mis oídos.
—Está ocupado, pero puedes tomar asiento —dije rápidamente. Ni siquiera entendí por qué me sentía tan nervioso bajo su atenta mirada.
La vi tomar asiento.
—Muchas gracias —dijo con su hermosa sonrisa, por lo que también sonreí como un tonto.
Pocos minutos después de estar sentada, el camarero le trajo una taza de té y unas galletas. Yo continué comiendo mi sándwich rápidamente. Me sentía muy ansioso y ni siquiera sabía qué preguntar para iniciar una conversación.
—¿Cómo te llamas? —me preguntó.
—Soy Alec, ¿y tú? —dije rápidamente.
—Soy Amaya, mucho gusto.
No dije nada, simplemente sonreí. Su nombre era verdaderamente hermoso, tanto como su apariencia.
—Nunca te había visto venir a esta cafetería, es más, ni siquiera te había visto alguna vez.
—Es que no soy de por aquí, simplemente estaba conociendo la zona y me parece muy bonita la cafetería. ¿Tú vienes a menudo?
—Sí, suelo desayunar los sábados. Ya sabes, los shadowhunters no tenemos casi tiempo libre.
—Mmm, qué interesante. Vendré más a menudo para ver tu hermosa sonrisa.
Cuando escuché sus palabras, mis nervios estallaron y, sin querer, vertí sobre la mesa el jugo que había ordenado. Rápidamente, tomé servilletas y comencé a secar la mesa mientras mis labios pedían disculpas una y otra vez.
—Está bien. A todos nos puede pasar un desastre. Pero cuéntame más de ti. ¿Eres de por aquí?
Claro, aquí tienes el texto con la ortografía y puntuación mejoradas:
—Sí, soy del instituto de Nueva York.
¿A qué instituto perteneces? —le pregunté, intentando conocer más acerca de ella.—Aún no me han asignado un instituto, pero pronto me asignarán uno. Espero que sea aquí.
Sonreí un tanto nervioso porque, en el fondo, sí quería que la asignaran a nuestro instituto.
**Jace**
No pude dormir absolutamente nada, solo pensaba en Clary. Sentía la necesidad de ir tras ella y abrazarla, pero no podía. ¿Cómo te sentirías si te abraza un extraño? Sí, porque eso era para ella: no era más que un extraño lleno de tatuajes. No podía recordar nada, no recordaba absolutamente nada de su pasado, de nuestro pasado. El dolor era insoportable. Alec trataba de hacerme salir de mi habitación, pero no tenía deseos. Quería que la miseria acabara con mi vida. Simon me decía que debía olvidarla y buscar a alguien más, pero ¿cómo? ¿Cómo puedes olvidar a quien te hizo cambiar, a quien te enseñó a amar?
Ya había caído la noche y decidí ir a ver a Clary, como hacía de costumbre. Caminaba hacia la sala de exhibición donde podría verla, como siempre, explicar una y otra vez sus pinturas. De repente, la vi venir hacia mí. Sabía que no podía verme, así que continué caminando, pero ella se detuvo frente a mí e impidió mi camino.
—Hola —me dijo suavemente.
No podría explicar la reacción de mi rostro; era una mezcla entre felicidad y temor. Es peligroso que me reconozca, se pondría en peligro a sí misma. Di media vuelta y salí corriendo por el callejón que ha sido mi puerta más de una vez.
—¡Jace, detente! —escuché su voz, y lo que más me impactó, lo que me obligó a detenerme, fue que recordara mi nombre.
—Necesito que hablemos —se posó detrás de mí. Me di media vuelta y la miré fijamente.
—¿Cómo es posible? Es imposible —dije tartamudeando.
—No sé cómo es posible, pero te recuerdo. Recuerdo a Simon, a Magnus, a Izzy, a Alec, los recuerdo a todos y recuerdo todo —su voz era suave y sus ojos se inundaron de lágrimas.
—¿Pero cómo es posible? —pregunté, tratando de evitar que las lágrimas se escaparan de mis ojos.
—No lo sé. Anoche desperté en el hospital y no recordaba cómo había llegado.
No me resistí más y tomé su rostro entre mis manos y, suavemente, uní nuestros labios. Era un beso, pero no cualquier beso; podía sentir la necesidad que teníamos el uno por el otro. No me importaba cómo había recuperado sus recuerdos, solo me importaba que podríamos estar juntos de nuevo. Si ella no podía protegerse por sí sola, yo lo haría.
👋Espero que les haya encantado este capítulo tanto como a mí me encantó escribirlo. 🫣Espero que puedan volver en el próximo capítulo. Trataré de ser constante y publicar a diario o cuando tenga tiempo✍️. Cuéntenme si tienen alguna idea o algo que quieran ver en la historia🤭, porque sé que, como a muchas, nos dejaron la historia a medias y necesitamos un final feliz.🫶
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Love like fire
Romance¿Qué pasa si te enamoras de un ser con sangre de demonio? Alec jamás había sentido tanta atracción por una chica, incluso llegó a soñar que la hacía suya, Pero resultó ser su almohada. ¿Podrá perder el miedo y aceptar sus sentimientos? puedo dec...