Capitulo 2

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Jace

Por seguridad, decidí llevar a Clary al instituto. Ella no se negó, pues tenía mucho deseo de ver a los demás.

—¿Por qué llevas puesto un vestido tan feo? Parece un disfraz de Halloween —le comenté mientras llegábamos al instituto.

—Necesitaba ocultar esto —me mostró la marca que estaba en su cuello. Era una runa, lo que me sorprendió bastante.

—¿Tus runas volvieron? —pregunté asombrado.

—Sí, desperté con todas en la mañana. Aún estaba un poco confundida, por lo que decidí ocultarlas. Y el vestido no es feo, simplemente tiene muchos colores.

—Ya, eso lo hace bastante feo. Entremos, los chicos estarán muy felices de volver a verte.

—¿Por qué está tan vacío? —fue lo primero que preguntó a la entrada del instituto.

—Solo estamos los Lightwood. Como casi no hay ataques de demonios, la mayoría de los Shadowhunters han vuelto a Idris.

Cuando llegamos al centro de la sala, coloqué mis manos en forma de bocina alrededor de mi boca y grité:

—¡Les tengo una sorpresa!

—Jace Herondale, ¿por qué no estás vestido? —escuché los tacones de Maryse detrás de nosotros. Se me había olvidado por completo que teníamos que ir a una reunión a Idris. Nos volteamos y el rostro de Maryse cambió de molesto a sorprendido.

—¡Clary! Dios mío, ¿cómo es posible? —Se acercó y envolvió a Clary entre sus brazos—. Me alegro de que estés de vuelta.

En ese momento, los chicos venían bajando las escaleras. Muy felices, corrieron a abrazar a Clary.

—Alec, ¿no vas a darle la bienvenida a Clary? —le preguntó Izzy.

—Pensé que me había librado de ti —respondió Alec desde una esquina.

—Esa es su manera de decir bienvenida —comentó Simon.

—¿Por qué todos visten azul y mi traje es verde? —pregunté molesto. Hasta Simon estaba de azul.

—Tu abuela dijo que tiene una sorpresa para ti. Además, a los Herondale les tocó verde oliva.

—Pero soy un Lightwood —comenté molesto.

—Nadie piensa lo contrario, solo es esta vez.— Mención Robert mientras bajaba las escaleras. — Bienvenida Clary.

—Vamos a cambiar ese horrible vestido, Clary. Tengo uno perfecto para ti —comentó Izzy, arrastrando a Clary hacia su habitación.

—Jace, ve a cambiarte. Llegaremos tarde —Maryse me miró fijamente. Obedecí antes de que se molestara.

—¡Ya estamos bastante tarde! —escuché gritar a Alec mientras subía las escaleras.

Alacante, Idris.

Alec

Llegamos al Gard, a la sala donde celebrarían la fiesta. Imogen nos esperaba en la puerta, con una expresión de impaciencia.

—Jace, te estaba esperando. Vamos.

—¿A dónde? —preguntó Jace, frunciendo el ceño. Podía sentir cierta incomodidad a través de nuestra runa parabatai.

—Celebraremos en un área aparte y más tarde nos reuniremos con el resto —dijo Imogen, tratando de sonar conciliadora.—También quiere separarnos aquí, pensé para mis adentros.

—Si ellos no vienen conmigo, no iré a ningún lado —sentenció Jace con el rostro serio, su voz firme resonando en el pasillo.

—Veo que Clary ha vuelto. Ella puede acompañarte, no hay ningún problema —intentó suavizar Imogen.

—No hablo solo de ella, ellos son mi familia —se podía ver lo molesto que Jace estaba, sus ojos brillaban con determinación.

—Tranquilo, Jace, nos veremos más tarde —mi madre le dijo mientras se acercaba, colocando una mano reconfortante en su hombro.

—No tengo interés de festejar sin ustedes —respondió Jace, su voz teñida de frustración.

—Está bien, no tengo ningún problema. Vamos todos —Imogen comenzó a caminar. La seguimos hasta un salón aparte. Los guardias abrieron la puerta y pasamos. La sala era enorme, con altos techos adornados con candelabros brillantes. En el centro había una gran mesa con varias personas, todas elegantemente vestidas. Lentamente fuimos entrando y acercándonos a la gran mesa. Una vez estuvimos allá, Imogen señaló a una pareja. El hombre era rubio y la mujer tenía una piel muy pálida y el cabello rubio, pero más claro que el del hombre. Tomó a Jace de la mano.

—Ellos son tus verdaderos padres y podrás vivir aquí en Idris con ellos.

Rápidamente, Jace soltó la mano de Imogen, su rostro mostrando una mezcla de incredulidad y enojo.

—Ellos no son mis padres y tampoco quiero vivir con ellos —salió prácticamente corriendo de la sala. Quise seguirlo, pero mi madre me sostuvo de la mano, sus ojos llenos de preocupación.

—No entiendo cómo has criado a un niño tan rebelde —Imogen le reprochó a mi madre por el comportamiento de Jace, su voz fría y cortante.

—¿Cómo esperabas que reaccionara? Solo somos extraños para él —expresó la mujer, su voz suave pero firme. No entiendo por qué dice que son sus padres.

—Además, ¿quién dijo que quiero vivir aquí? Madre. —¿Madre? Así le dijo. Pero su hijo está muerto.

Imogen salió de la habitación sin decir nada, su rostro una máscara de frustración.

—No le hagas caso. Se ve que has hecho un buen trabajo criándolo —la mujer se acercó a mi madre y ambas se fundieron en un abrazo.

—Te extrañé tanto. Si hubiera sabido que era tu hijo desde un principio, lo hubiera mimado más.— Mi madre sonreía muy feliz.

—Hubieras sido más recta con él —dijo la mujer, con una sonrisa triste—. ¿Él es tu hijo? —preguntó mientras me señalaba.

—Sí, es mi hijo mayor —respondió mi madre con una sonrisa orgullosa.

—Es idéntico a ti. Sabes, soy como tu tía, ¿cierto, Maryse?

—Sí, podría decirse. Jadis, él es Alexander —mamá me señaló— y ella es Isabella —señaló a Izzy—. Alec, Izzy, ella es Jadis, mi parabatai y madre de Jace.

—Mucho gusto —respondió Izzy con una sonrisa, tratando de aliviar la tensión.

—Para mí no es un gusto —miré a Izzy—. ¿Cómo te alegras de conocerla si quiere separarnos de Jace?

—No, cariño, ¿cómo voy a separarte de tu parabatai? —me dijo suavemente—. Al contrario, quiero vivir con ustedes, pero en Nueva York.

—Y tus hijos, la última vez no pude conocerlos —dijo mi madre, su voz llena de curiosidad.

—Sí, cierto, te los presento —caminó hasta la mesa y se posicionó detrás de una silla—. Él es Arthur —era un chico de pelo negro, hasta se podía decir que se parecía a Jace—. Avanzó hasta la otra silla—. Ella es Sasha —era una chica de cabello rubio liso—. Ella es Samantha —nos presentó a una chica de cabello castaño liso— y por último, Dani —un chico rubio de pelo ondulado.

—Bueno, es mi turno de presentar, ya que al parecer no existo en esta familia —se levantó una pelirroja de su asiento—. Mi nombre es Miranda y este caballero es mi esposo Jean, es hermano de Stephen. Ya que dudo que lo escucharán de la boca de Imogen, él es Asthon y ella es Paola —Asthon y Paola se dieron la vuelta. Asthon era de cabello rubio como su padre y Paola... ¿era la chica de la cafetería? Me miró y sonrió.

—Nos volvemos a encontrar —dijo finalmente.

Asentí mientras sonreía como un tonto. Cuando me miraba, no podía hacer más nada.

—Iré a hablar con Jace. Continúen conociéndose —la madre de Jace abandonó la sala, sus tacones resonaban por toda la sala.

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⏰ Última actualización: 12 hours ago ⏰

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