єℓ нιℓσ ∂єℓ ∂єѕтιиσ (𝓵𝓰𝓫𝓽)

Al Diablo La Leyenda.

En una sociedad donde todos podían ver su hilo rojo, destacaba una chica entre todos ellos. La cual tan misteriosa, siempre desviaba la mirada al ver a su "alma gemela". Ambos igual de populares dentro de esa escuela pero sin un vínculo afectivo el cual se sintiera tan real como ella quería, algo que la hiciera sentir diferente al resto.

Sin dudas el chico que era su destinado era un patán, en cada más mínima oportunidad coqueteaba con otras chicas a pesar del vínculo "claro" que se mostraba al estar sus hilos unidos. Pero nadie se cuestionaba eso, ya que solo había una manera de romper ese hilo y era muriendo... O eso se creía hasta aquel entonces...

Esa chica de cabellos nido de cuervos, ojos esmeralda y una sonrisa más brillante qué un diamante, y claro su contraparte un chico alto de cabello dorado, y claramente con musculatura. No por nada era el capitán del equipo de Basket Ball. Dos polos opuestos pero que por una leyenda tenían que aguantarse mutuamente... Frente todos la pareja "PERFECTA" y desde la sombras estaba ella... Quien no destacaba en nada, la chica de pelo a mitades, ojeras de una vida tan cruel y de falta de feminidad. Quien no tenía un hilo rojo, este estaba por la mitad... Pero tampoco se imaginaria acabar en un lío amoroso a esas alturas.

De nuevo mirando desde las sombras todo lo que pasaba, sin ser invitada a ningún sitio hasta aquel maldito día. El día que podría dar un giro de 360° su personalidad apagada.
- No sabes como te deseo... No sabes como te eh soñado...

Al llegar a su pupitre la chica noto un pequeño sobre el cual abrió con algo de timidez creyendo que no sería para ella, pero directamente en a quien iba dirigido aparecía su nombre... Alex Hernández.

- Es un gran placer -realizó una breve pausa- poder invitarte a una fiesta el día de hoy a las 8...

De escritor aparecía el nombre del chico más codiciado de toda la escuela y claramente pareja de aquella chica que la atraía, Caleb. Sin dudas creyó todo una broma hasta que el chico se acercó a ella.

- Entonces. ¿Vendrás o no alex? - le sonrió mientras colocaba sus manos en el pupitre- no querrás perderte lo mejor de la noche...

La chica dudo en responder, pero al poco tiempo miro a otro lado evitando el contacto visual.

- Puede ser... - suspiro- pero lo más seguro es que así sea.

El gran chico solo sonrió con malicia, la chica lo noto pero no fue importante en ese momento si no hasta la noche. Ahí estaba esa chica en el medio de un caos con tanto ruido por la música a todo volumen, los gritos e incluso el ambiente por los jóvenes ebrios. Choco con alguien e iba a disculparse hasta que los nervios la congelaron al ver a su "ángel" frente ella. Ambas solo se miraron en silencio y notaron algo extraño, algo que podría unirlas... Pero era imposible, ella ya estaba destinada para alguien y no era para ella... Ella paso por un lado de la chica apenada sin saber que lo siguiente sería su mayor inseguridad.
-Pero tu ya tienes otro... Un tipo frío y aburrido...

- ¡Basta! - grito en el medio de una horda enfurecida- ¡me lastiman!

La mayoría eran chicos los cuales no se contenían, todos comenzaban a grabar el espectáculo y sobre todo. Noto entre toda a esa gente a aquella chica que anhelaba al lado de ese tipo patético, el cual sonreía gozoso de lo que estaba sucediendo.

La sangre comenzaba a salir y la chica solo podía sollozar, ¿qué había hecho ella para que estuviera ahí?. La novia del basketbolista, miraba desde la distancia estaba sintiendo tanta ansiedad de no saber que hacer, que al sentir lastima solo huyó del lugar...
Poco después llego la policía dispersando a los jóvenes, notaron a la chica en el suelo llena de heridas y posiblemente con graves daños. Llamaron a una ambulancia y poco después ese patio estaba rodeado de una cinta amarilla, con policías y unos paramedicos llevando en una camilla a la chica la cual apenas y podía mantenerse consiente para notar la risa burlona de Caleb.