El día en que te vi por primera vez fue inolvidable, te vi entrar a clase de música.
Recuerdo tu pelo, tus gafas & detrás de ellas un mundo de misterio & de magia que me mantenía inocentemente inmóvil.
Ese día tuve suerte no quedaban más asientos y te sentaste al lado mío, no pude voltearte a ver, no por que no quisiera sino por qué la felicidad se desbordaba por mis poros y tenía miedo de que fuera tan evidente la felicidad que tenía dentro.