Capítulo 1

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Narrador omnisciente

El Alfa terminó de darle unas indicaciones al empleado que manejaba el camión de mudanza y luego se dirigió a su carro. Dejó su bolso de mano con algunas pertenencias en el asiento del acompañante y acto seguido encendió el motor.

Comenzó su largo viaje, no sin antes dedicarle una última mirada a lo que fue su hogar los últimos cinco años. No sólo dejaba atrás una bonita casa, sino también todos los recuerdos con su ex pareja.

Dos años con el Omega Kim Yugyeom lo habían estresado en demasía. Celos sin motivos, peleas constantes que terminaban con golpes por parte de Kim, amenazas, infidelidades  y mucho más. Todo lo que implica una relación tóxica. Fue tan extremo que le llevó a dar por finalizada la relación y mudarse.

Tampoco fue una decisión tan fácil, JungKook, a la edad de veintisiete años era un médico muy prestigioso. Tenía un buen puesto en un hospital privado muy cercano a lo que ahora sería su antiguo hogar. También la paga era muy alta. Todo era perfecto, su pareja opacaba las cosas.

Dió fin a la toxicidad y decidió renunciar a su trabajo y buscar uno en un lugar muy alejado. Quería empezar de cero. Encontró previamente un puesto en un pequeño centro de salud en medio del campo. Sería el único doctor en el lugar, tal vez un trabajo algo pesado pero debía intentarlo. Él realmente deseaba la tranquilidad que un armonioso hogar podía brindarle.
No iba a arrepentirse de nada, tenía muchas esperanzas.

Luego de tres largas horas de viaje, una pequeña luz en el tablero comenzó a titilar.

-Maldita sea - Exclamó golpeando el volante con una de las manos. Se estaba quedando sin nafta en el carro y hace varios minutos atrás había pasado una estación de servicio.

"Debí haber cargado el tanque allí"

Pensó mientras ahora la luz comenzó a hacer un molesto ruido.

Suspiró pesado mientras poco a poco el auto fue descendiendo la velocidad. -Creo que soy un idiota-  Se habló asi mismo mientras dirigía el auto al costado de la vacía carretera. Apagó el motor y quitó las llaves. Volvió a suspirar alto y tiró su espalda hacía el asiento, chocando casi violentamente. La estación de servicio se encontraba al menos cinco kilómetros, pero algo se le ocurrió primero.

Tomó su teléfono que estaba en el bolso, lo desbloqueó pero maldijo al ver las letras al lado de la antena que decía "no hay señal" -Soy el rey de los imbéciles-  Siguió con cansancio.

No le molestaba caminar pero se retrasaría muchísimo, seguramente el camión de mudanza llegó a su nueva casa y esperaban por él para poder comenzar a desempacar. Y ni hablar de que el clima afuera no ayudaba. Se había levantado viento y trajo varias nubes amenazantes.

Se colocó su bolso en uno de los hombros, bajó del auto, se dirigió al baúl y lo abrió. Tomó uno de los bidones vacíos y se aseguró que el carro quede bien cerrado para comenzar su larga caminata. Rogó mentalmente dos cosas:
La primera era que no lloviera, o al menos que sea una ligera llovizna. La segunda que algún maldito carro pase para pedirle un aventón.

Diez minutos después ninguno de sus ruegos se cumplió. Los truenos se comenzaron a escuchar en el cielo y ningún auto pasó. Observó su alrededor y los árboles formando casi un pequeño bosque le daban un aspecto más atemorizante. Parecía que estaba en algún tipo de película de terror y él vendría a ser la pobre víctima.

Siguió caminando unos pasos más hasta que un alarido de dolor se escuchó, cerca , muy cerca.

Kook quedó estático en su lugar, apretó el bidón en sus manos y el grito se volvió a escuchar, pero más claro.

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⏰ Última actualización: Nov 08 ⏰

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