JoJo's Bizarre Adventure Part +: Life Or Death

Capítulo 1: Encuentros mortales.

Capítulo 1: Encuentros mortales.

Otro día más.

Otro día más de violencia, adicciones, libertinaje, sangre, pestilencia y muerte. La gante vivía, la gente moría, era un ciclo sin fin. Un ambiente tan bestial que hasta la tierra, el mar y el cielo parecen estar cubiertos de rojo sangre.

¿Y Janier? Él andaba normal por la calle, sudado tras acabar de hacer tres entregas a pie esa mañana. Pero a él no le molestaba, algo había que hacer de todos modos, y si acaso hasta estaba agradecido de su situación actual, pues, aunque nadie más podía verlo, tenía a su lado un espíritu propio, uno que, además de lidiar con cualquier persona que intentase atacarle, también le daba un par de brazos extras con lo que hacer más ligeras las cargas y hasta cargar un poco más, aumentando así el trabajo y el pago. Se acercaba el horario del almuerzo y pensaba ir a una de las pocas fondas que había en la región, patrocinada y protegida por los gafas negras pues, al parecer, la comida le agradaba a un miembro de la organización.

Janier: ... Y hablando del rey de roma.-Murmuró para sí mismo, al ver a cierta persona en la calle.

Mirando hacia una pared y rodeado por sus guardias se encontraba Bernardito. Janier se detuvo a pensar por unos segundos en sí darse a conocer o dejarlo pasar. Pero no tardó en llegar a una conclusión: ya ayer se había enemistado con esa organización, había lastimado a sus miembros y puesto en peligro al hijo de un líder. Ya no había vuelta atrás. Lo único que podía hacer era plantarse firme y dar a entender que el que estaba en peligro no era él.

Janier: Hey, te veo de nuevo vivito y coleando.

Bernardito: ¿J-¡¿Janier?!

Janier: Es curioso, porque creo que ya te había avisado que ocurriría si te veía de nuevo. A lo mejor él que tiene problema eres tú, así que te lo repetiré de nuevo por sí acaso. Lárgate antes de que se me acabe la paciencia.

Bernardito: Oh, v-v-vamos, no-no puedes culparme por esto, nen-necesito todavía caminar por estas calles, no puedo evitar que nos encontremos y

Janier: ¿Y?-Dijo, acercándose más, teniendo su rostro prácticamente encima del de él, mirándolo con una mirada severa y aterradora que no tenía misericordia incluso con un niño.

Bernardito: v-b-p- ... Ungh, solo vámonos. Total, no vale la pena perder el tiempo aquí.-Dijo con arrogancia fingida para intentar salvar cara, para confusión de la mitad de sus hombres que no estuvieron con él ayer, y alivio de la otra mitad, que sí estuvieron.

Janier: Je, eso creí.

Viéndolos marcharse así, se sentía ahora más confiado que nunca, seguro de que los gafas negras de su zona nunca más le molestarían. Se sentía imparable. Se sentía bien.

???: Ehm, disculpa.

Y luego vino alguien a interrumpirle y cagarle el momento.

Y lo que es más, ahora que se fijaba bien, la voz era de una chica de pelo negro largo, vestida con un vestido blanco de mangas cortas que revelaba parte de la espalda y unas sandalias negras, y lo que es más, estaba pegada a la pared a la que Bernardito había estado mirando, aparentemente, Bernardito le había estado hablando a ella, quien sabe para hacer que.

Janier: ... (Ha. Mira tú, había alguien ahí. Ni me había dado cuenta la verdad.) Tengo prisa. Adiós.

???: ¡Ehm, disculpa!-Dijo, agarrándole por el hombro.- ¿Al menos podrías decirme tu nombre?

Janier: ¿Y por qué mierda tendría que decírtelo? A ver, dime el tuyo primero si tanto quieres hablar.

Era una clara medida para terminar la conversación. En un mundo donde te matan por cualquier razón, que se sepa cualquier detalle sobre ti puede ser letal. Si conocen tu nombre hace más sencillo que la gente te encuentre, que descubran tus debilidades y patrones. Dar el nombre a un desconocido puede ser una sentencia de muerte.