Capítulo 9: Chaqueta de cuero

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Lleno un balde de agua hasta la mitad y dejo algunas margaritas allí, Samantha las va a necesitar mañana, estos días he notado que no se ha sentido muy bien, casi siempre está mareada, dijo que iría al doctor ya que está sufriendo de vértigo, la verdad espero que no sea nada malo.

Ella me sorprende limpiando el suelo.

            —¿Qué haces acá? Tu turno terminó hace como veinte minutos.

            —Todo seguía un poco sucio y desordenado.   

            —Dodger, vete a casa —ella me quita la escoba —Y quiero decirte una cosa, ya hiciste los méritos suficientes para confiar en ti, no te preocupes más de si vas a seguir o no contratado en la florería, tú te quedas, por el tiempo que lo creas necesario.

            —Oh... —digo sorprendido —Eh... muchas gracias, aprendo rápido, así que pronto estaré haciendo todo lo que usted hace, eso es seguro.       

            —Y sé que así será, vete a casa, yo cierro esta tarde —yo asiento, tomo mi mochila desde la bodega y abandono el lugar.

Mientras voy sentado en el último vagón del metro, los últimos días se me vienen a la memoria, estuve terminando la maqueta en casa de Edmund, su Mamá es bastante gentil y amorosa, sonríe todo el tiempo, y casi siempre nos estaba sirviendo cositas para comer. Su Papá en cambio es más silencioso, asumo también que es porque está algo estresado por todo lo del trabajo.

Según lo que me explicaba Edmund, a su Padre le salieron mal unos negocios, perdió bastante dinero, pero sigue trabajando en la empresa, aunque el haber creído en tan malos negocios le hizo perder un poco de su reputación, y varias acciones.

            —¿Necesitan alguna cosa? —preguntó su Madre, en lo que seguíamos en la mesa del comedor —Ya estamos por cenar.

            —Oh, yo me voy entonces, estamos listos.

            —No, no —dijo ella —Quédate a comer.

            —Mi Papá va a llegar tarde de trabajar y Mamá ya hizo la suficiente comida para todos —dijo Edmund —Quédate, es nuestro último día haciendo este infierno de maqueta —Me sentí obviamente un poco incómodo, no suelo recibir tan bien la gentileza de las personas hacia mí.

El metro se detiene, me bajo y empiezo a caminar a casa, al llegar me encuentro con Tessa armando su bolso, ella mete su uniforme de porrista y una botella de agua.

            —¿Hay juego de soccer esta noche?

            —Sí, pero no acá, es en otra preparatoria, de echo voy súper atrasada porque los autobuses están por salir —ella se acerca a la puerta casi corriendo —Hay pizza en el horno y patatas fritas en el microondas, no es mucho, pero es lo que Pancho preparó esta tarde.

            —No te preocupes, estoy bien con eso.

            —Nos vemos Dodger.

            —Suerte... —ella sonríe y sale de casa, escucho partir su auto y me quedo a solas con mi amigo, voy a su cuarto y me lanzo en su cama mientras mastico algunas patatas fritas.

            —Calienta eso, debe saber horrible.

            —Es lo que merezco —digo, él me mira enojado —Soy un mal amigo contigo.

            —¿Por qué dices eso? —pregunta, en lo que apaga la televisión.

            —Lamento no haber ido por ti cuando Jackson apareció en mi camino, y lamento no haber interferido más cuando vivíamos todos juntos.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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