Bajo el mismo cielo
Los días pasaban y Koga seguía apareciendo en la aldea como si fuera parte de ella, Inuyasha intentaba ignorarlo, fingía que no le importaba pero cada vez que el lobo se acercaba su cuerpo se tensaba sin razón aparente.
Una mañana, lo vio cargando madera para reforzar una cerca, los niños corrían a su alrededor riendo, uno incluso se le subió a los hombros, Koga no dijo nada, solo sonrió. Inuyasha se detuvo a mirar desde lejos con los brazos cruzados, sin entender por qué esa escena le revolvía el pecho.
-¿Desde cuándo le gustan tanto los humanos...? -murmuró, entrecerrando los ojos.
No obtuvo respuesta, solo la imagen de Koga riendo, tan diferente al guerrero arrogante de antes y sin embargo, tan él.
⭐
Esa misma tarde mientras caminaba por los senderos del bosque Inuyasha lo volvió a encontrar, Koga estaba junto al río, agachado, bebiendo agua con las manos, al notar su presencia se giró despacio.
-¿Me sigues perro? -preguntó con una media sonrisa.
-Como si tuviera tiempo para eso -gruñó Inuyasha, evitando su mirada.
Koga se levantó sin prisa, sacudiéndose las manos, se acercó solo un par de pasos, lo justo para hacerse notar pero no lo suficiente como para invadir.
-¿Qué haces aquí tan lejos? -preguntó.
-Lo mismo que tú, respirar -Inuyasha se encogió de hombros- ¿O eso también está prohibido ahora?
Koga rió, bajito, no con burla, sino con algo parecido a ternura, Inuyasha frunció el ceño.
-Relájate -dijo Koga-. No vine a pelear.
Un silencio incómodo cayó entre los dos, solo se oía el río, constante y suave, por un momento Inuyasha pensó en marcharse, pero no lo hizo.
-¿Y entonces qué quieres? -preguntó por fin.
Koga lo miró fijamente y por un segundo su sonrisa desapareció.
-Quiero entenderte.
Inuyasha parpadeó.
-¿Que?
-No me mires así -Koga dio un paso más, ahora lo tenía casi al frente- No sé qué es esto, pero desde que Aome se fue me di cuenta de muchas cosas, de ti.
Inuyasha abrió la boca para decir algo pero no salieron palabras. Koga alzó una ceja.
-¿No vas a golpearme por hablar así?
-...Todavía lo estoy pensando.
Koga rió de nuevo, más fuerte esta vez y por un instante Inuyasha también sonrió, apenas.
⭐
Aquella noche, Inuyasha no podía dormir.
Se revolvía entre los árboles, como si su cuerpo se negara a encontrar descanso, cerraba los ojos y volvía a ver la mirada de Koga, esas palabras inesperadas que le habían dejado el corazón latiendo sin sentido.
"Quiero entenderte..."
Nunca alguien se había atrevido a decirle eso, no con ese tono, no con esa mirada. Se sentó en una rama, mirando la luna, el viento le revolvía el cabello y sus pensamientos, apoyó la cabeza en el tronco y suspiró.
No entendía a Koga, pero lo peor era que no se entendía a sí mismo.
⭐
Koga, mientras tanto caminaba por la montaña rumbo a su guarida, sentía el cuerpo más liviano, como si algo dentro de él se hubiera soltado, por fin había dicho algo real, sin máscaras.
Aunque Inuyasha no le había respondido, tampoco lo había rechazado, y eso para Koga, era un comienzo.
-Solo un poco más -murmuró- Solo un poco más cerca...
El viento lo envolvía con fuerza, pero no le importaba. Porque, por primera vez, sentía que estaba avanzando hacia algo que valía la pena.

ESTÁS LEYENDO
Lazos inesperados
RomanceDespués de que Aome lo abandono, Inuyasha queda sumido en la soledad y en un vacío que ni sus batallas logran llenar. Cuando un nuevo enemigo amenaza con destruirlo todo, Inuyasha se ve obligado a unir fuerzas con Koga, el lobo que siempre ha sido s...