Centrado principalmente en el sentir de Jiang Cheng, su punto de vista y un poco de amor de parte de Jin Ling para con su jiujiu.
La suerte de los solitarios.
La vida nunca había sido realmente buena con Jiang Cheng, siempre que sentía que todo iba bien, algo malo terminaba arruinando sus esperanzas, por ejemplo: a la tierna edad de 3 años su padre le había regalado tres preciosos cachorros que rápidamente se habían convertido en sus mejores amigos, confidentes y soporte emocional en su dura vida como el heredero menos favorito del mundo del cultivo.
Sin embargo, a los 4 años su padre se los arrebató por el beneficio de otra persona, que ahora se convertiría en su hermano (y futura mano derecha), al cuál también le tomo cariño, pero como todo en la vida, él fue la razón por la pérdida de su familia, clan y reputación de su secta, abandonándolo en el proceso.
Tuvo la dicha de ver la felicidad de su hermana transformarse en un precioso bebé, un rayo de luz (que cada día teme perder) que creció huérfano, con el asesino de sus padres como un tío y alguien completamente inadecuado a la vida como su otro soporte familiar, jamás lo dejaría desprotegido, aun sí su vida se fuera en el intento.
Así que estando en esa encrucijada, después de romperse por completo tras los eventos de los meses anteriores (el regreso de su antiguo hermano, la revelación de un núcleo que nunca pidió, descubrir que alguien a quien consideró un amigo le mintió y otro entro en reclusión, que estuvo a punto de perder a su sobrino, a manos del asesino de su cuñado) no se sentía en el mejor humor para seguir la esperanza de salvar al pequeño cachorro moribundo que estaba frente a él, después de todo, la vida no solía darle descanso a sus desgracias.
Aquella cosita pequeña, indefensa, llena de sangre, tierra y con lo que parecía una pata rota y con un ojo dañado, realmente una cosita bastante fea, que hacía su pequeño corazón encogerse al sentirse identificado, al verse reflejado en la forma en que siente que fue golpeado e ignorado por el mundo, no sabe sí la bola de pelos sobrevivirá, no parece tener demasiado tiempo.
Pero contra todo, el feroz líder Jiang, el Sāndú Shèngshǒu, con el mayor cuidado del mundo levantó al moribundo perrito del camino oscuro aquella noche lluviosa, susurrando para ambos.
— No es demasiado, pero haré lo posible para que el resto de tu vida sea lo más pacífica posible.
Esto lo dijo pensando en que había llegado tarde, como siempre en la vida, al querer salvar a los que amaba, incluso cuando nunca había visto a esta pequeña criatura, ya lo amaba.
Sin perder el tiempo monto su espada y regresó a sus aposentos, donde mandó a llamar a su sanador, a varios sirvientes para que le trajeran agua junto con comida para el cachorro; su segundo al mando también fue solicitado para que le trajera las reglas de la secta y abolir la que le prohibía tener aquellas cositas peludas dentro de su hogar.
Después de todo, ya no tiene sentido ahora esta prohibición, por lo que haría que su secta fuera un refugio para todas aquellas almas que el mundo había rechazado, así como fue en la época de la gran guerra, donde los huérfanos, inadecuados y abandonados encontraron un lugar al cual llamar hogar en Lotus Pier.
Todos se apresuraron a cumplir las órdenes de su líder, desgraciadamente el sanador tuvo que cortar la pata dañada y extraer el ojo malherido del animal, sabiendo que solo provocarían más dolor y sufrimiento si lo dejaba seguir deteriorándose, siempre confiando en sus habilidades sabía que de esta forma tendría más posibilidades de sobrevivir aquella pequeña criatura.
Los presentes observaron con una pequeña sonrisa el cuidado con el cual su siempre estoico líder limpiaba, sanaba y alimentaba al pequeño perrito que no tendría más de un par de meses de edad, pero que el mundo no había sido amable con él desde su llegada
Jiang WanYin al encontrarse solo, tarareaba una canción de cuna, con la que solía calmar a su pequeño sol, mientras acunaba al débil canino, que buscaba su calor y dormía profundamente en esa calidez tan necesaria. Ambos corazones latían en paz, sanando lentamente en su presencia, por muy efímera que pensaran sería aquel encuentro.
Jin Ling se apareció al otro día, sabiendo que su tío estaba teniendo malos días después de todos los problemas por los que pasaron, sabía que dejarlo solo era peligroso, jamás pensaría en abandonarlo ya que lo amaba como un padre, que sin importar que, siempre lo apoyaría.
Incluso si tenía que soportar a los Lan junto con Wei WuXian para mantener en paz el mundo del cultivo, no quería causar más preocupaciones a su jiujiu.
Lo que no esperaba era que al llegar esa mañana al comedor, donde todos los discípulos junto con su tío desayunaban, ver a dicho ser querido sosteniendo una cosa café bastante fea en sus piernas, al cual le faltaba una pata y un ojo, siendo alimentado tiernamente por el líder mientras el indefenso animal sorbía lentamente el alimento.
Sabía que Jiang Cheng tenía un espacio en su corazón para todas las cositas peludas, incluso Hada había sido presa de sus afectos, siendo la única excepción en Lotus Pier, más nunca imagino que un día lo vería con un cachorro propio, incluso uno tan feo como aquel.
Sin decir más, se sentó al lado de su tío, comiendo con gusto, compartiendo el momento de también alimentar un poco a esa cosa que no podría ser considerado un perro con tan poco pelo y todas las cicatrices cubriendo su pequeño cuerpo.
Poco a poco, con amor y paciencia, el cachorro comenzó a sanar de sus heridas, jugueteando cada tanto con los papeles del líder, persiguiendo las hojas que caían de los árboles o intentando correr con todas las fuerzas que sus tres patitas le permitieran para no quedarse atrás de su amado amo.
Así los días se convirtieron en meses, la pequeña cosa fea se convirtió en un precioso cachorro de pelaje café oscuro casi negro, muy brillante y esponjoso, que día a día crecía más y más, jugando con los niños, siempre siguiendo de cerca a su amo, al hombre que le salvó la vida y le enseñó que no todos los humanos son malos, que hay dicha en vivir en este mundo.
Mientras el cachorro jugaba, se veía al feroz y estoico líder sonreír, sintiendo en su corazón aquella felicidad que le fue arrebata hace mucho, viendo a su sobrino a salvo, jugando con Hada y el pequeño Príncipe, aquel que en las noches más oscuras le acompaña, le recuerda que ya no está solo (nunca lo ha estado, su sobrino, su amigo que lo cuida desde las sombras, y su pueblo que lo ama) y que nunca lo estará, aquel pequeño compañero que encontró al borde de la muerte, le enseño un nuevo significado de intentar lo imposible, que incluso las segundas oportunidades pueden existir cuando menos se esperan.
Aquel cachorro poco a poco le devolvió la alegría de vivir, de amar y ser correspondido, sabiendo que con su poder espiritual y la salud de ambos, sus días juntos serían tan vastos como estrellas hay en el cielo.
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Espero que haya sido de su agrado criaturitas y que mañana pueda publicar otro fic con la siguiente temática planteada.
Un gran agradecimiento a mi hermosa beta reader CoffeeBooks20, quien me inspira a volver a escribir y corrige todas las tonterías que este autor suele cometer al escribir de manera desordenada.
Si ven faltas de ortografía o redacción, no duden en avisarme, se los agradeceré mucho.
Cuídense y tomen agua, los quiero.
Michael, fuera. 💜
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Jiang Cheng + Puppy Week 2024
FanfictionEs una compilación de pequeñas historias para celebrar el cumpleaños de Jiang Cheng durante una semana, teniendo diferentes temáticas que se describen en el título de la historia. Los temas y el evento fue posteado por @kamkamquats en X.