Un amor entre sangre

Capítulo 1

Era una mañana de Navidad cualquiera, lo único que se podía ver eran los hermosos grititos de los niños felices al abrir los regalos, los padres grabando todo, los abuelos entregando dinero a sus nietos a escondidas de los padres, la familia junta... Un día perfecto para matar.
Shady, la asesina más buscada de toda España, esa era yo.

Y sí, tengo los cojones para matar en Navidad.

Me podréis llamar loca, psicópata, de todo, pero me encanta ver los gritos de los niños rogando para que no les haga nada a ellos mismos y sus padres que a la vez rogaban por su vida o la de sus hijos. Eran esos momentos en los que me decía <<Para, en vez de matarlo rápidamente, mejor matalo lentamente, destripale entero y guarda los órganos en la nevera de su casa>>, y yo me corregía <<No, mejor enséñale los órganos a los niños y obligales a tocarlos o comerlos>>.
Si, mi mente está un poquito loca, al igual que yo. Y muuy liosa.
Bueno, a lo que iba, me estaba preparando para un golpe en una casa con dos niños pequeños y un abuelo, cuando de repente aparece la pasma. <<¿Cómo coño me han encontrado?>> Pensé. Lo que menos me esperaba era que ellos aparecieran. Me esperaba que viniera algún amigo a ayudarme o alguien de la mafia Española (ya que debo demasiada pasta), pero en la vida me esperaba que la policía Local viniera a por mí. Raro. Muy raro.
-¡Manos arriba!- Gritó un agente
-Ey,ey,ey.- Dije -Tranquilidad, solo estaba dando un paseíto-
-¡Y una mierda!- Respondió otro agente
-¿Entonces por qué llevas contigo una pistola? ¿Y esa ganzúa?- Respondió la que parecía la jefa.
-Oh, vamos. ¿Que ahora no puedo ni pasear mi pistola? Que se siente atrapada en casita- Respondí con cierto cachondeo.
-Pfffff- Escuché reír a uno de los agentes
Sonreí con cierto egoísmo.
-¡Silencio!- Volvió a gritar la agente al cargo. Vaya aguafiestas. -No os riais de sus pendejadas-
<<Lo que me faltaba, una mexicana>> Pensé. Quizás sea un poco racista, pero es que de México no soy muy fan, primero: porque tienen un acento horrible y segundo: la mafia mexicana me trató horrible cuando me secuestraron.
-¡Queda arrestada, Shady!- Volvió a gritar la agente.
-Que no podéis ni llamarme por mi nombre, vaya servicio- Dije yo, no dejaba de ser una bocazas aunque quisiera.
-Pero...-Empezó a decir otra vez esa agente (debo descubrir cómo se llama para dejar de llamarla "esa agente" o "la agente al cargo") -Su nombre no aparece en el registro, solamente aparece Shady, pensábamos que ese era su nombre-
A, claro, que hackee el registro para que sólo aparezca mi nombre de asesina, "Shady", ya que mi nombre es tan vergonzoso que no pienso ni pensarlo.
-Aaay, no me hagáis pensar en mi verdadero nombre, que es horrendo- Contesté mientras se me erizaba mi piel y recordaba esos días de colegio en los que se reían de mí por llamarme como me llamo (recalco que no pienso mencionar ese nombre).
-Peor que el mío no será- Volvió a contestar la agente.
-¿Y cuál es?- Pregunté con intriga
-Solo le digo si usted me dice el suyo- Esta mexicana me está empezando a caer bien.
-No puedoo, ya que hice una promesa conmigo misma, y es que nunca más mencionaría mi nombre real, ni lo pensaría- Canturree -Peero, podría dejarme entregar, así no tendría que morir ningún agente y yo descubriría su nombre-
-Buen trato, solo que hace aguas por todos lados, y es que no me fío de una asesina psicópata, loca y demás- Empezó a contar la mexicana
-Te lo prometo por mi abuelita, que era la única que me quería de tooda mi familia- Le dije. Y era cierto.
-Venga vale, pero cómo se te ocurra intentar escapar te juro que te-
-Disparo- Terminé la frase
-Sofía Guadalupe del Carmen Muñoz Castillo- Me dijo
-...-
-¿Qué?-
-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA- Empecé a reír- GUADALUPE, CÓMO LA ROSA DE GUADALUPE, JAJAJAJAJA- Luego de unos minutos de risa, al fin me calmé- Aaaay, bueno, lo prometido es deuda, anda y encarcélenme- Les dije
-Vaya vaya, no me esperaba que por saber mi nombre entero te dejarías encarcelar- Canturreó Sofía, con aura de superioridad
-Guadalupe, yo haría cualquier cosa por enterarme de cosas, aunque sea por mínima, como un nombre-
Sofía me colocó las esposas y entré al coche policial.