PROLOGO

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Lo miraba hipnotizaba, enamorada de la inocencia que apenas veía en otros chicos de su preparatoria. Quería que se acercara y el miedo a no comprender porque él no lo hacia, lastimaba su frágil corazón. ¿Acaso no era bonita o él era demasiado tímido? Ya habían cruzado miradas varias veces ¿No era obvio que se lo estaba rogando?

Una sola vez en su vida pudo conversar con ese chico, cuyo nombre no sabía e intento no saber para evitar engancharse de una manera que la dejara atorada en un lugar sin retorno. Sus amigas obviamente, le imploraban alejarse.

Rompería esa reputación de inalcanzable que tenía, pero sabían que no podía apartar la mirada siempre que recordaba esa inocente conversación que enamoro su corazón en solo una hora.

Una hora, no podría creer que así de fácil fue. Estaba intrigada, le encantaba.

–Leah basta. –Akiko golpeo su brazo con los dedos de su mano, sacándola de ese trance–. Con tantos peces tú sigues buscando gusanos.

–Perdón yo...

–Perdón que Leah, deja de ser ingenua. –Yuki estaba de acuerdo con Akiko–. Mejor vamos al salón. –Se levantaron y la llevaron sostenida del brazo.

No era que buscara gusanos, simplemente, algo la atraía a él y no la soltaba, estaba a punto de comenzar a arrastrarla y justo cuando salió del comedor, él sintió como algo faltaba. Se giró, buscando que producía su sensación de vacío, pero era evidente que no había nada.

La sensación de buscar un fantasma era cada vez más palpable, se sentía paranoico. No lo comprendía.

–¡Okarun, Hola! –Apareció su amiga en su campo de visión. Sonrió, acomodando sus lentes, contento de que por fin llegara.

Lo que lo intranquilizo, fue esa extraña sensación de desolación, que no desapareció.

–Hola, Ayase.

Nada los dejaba cruzarse y las coincidencias no ocurrían entre ellos. A ambos les faltaba algo, que no conocían, pero que estaba tan cerca y creaba una adrenalina que los mantenía alertas a la más estúpida cosa.

–A que no sabes que aprendí hoy. –Comento con emoción Ayase.

Justo ahí dejo de escucharla. Llevaba mucho tiempo pensando sobre cómo decirle la manera que se sentía durante varias ocasiones del día, siempre que se encontraba en la preparatoria. Comenzó hace un mes y lo ha perseguido tanto que lo estaba asustando.

Tenía miedo de contarle y que dijera que su pesimismo sobrepaso más que solo su transformación, porque sabía que no era así, pero tampoco tenía manera de explicarlo. Estaba frustrado, sentía enojo

Se sentía solo.

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D3Y2NARNIA

Alerta Destino | KEN TAKAKURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora