Capitulo 4.- Pasado.

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Un mes después del accidente en Australia.

Una hermosa chica de cabellos largos y negros como la noche, sus ojos rojos como un fuego intenso, con su uniforme de colegiana negra, sin mangas, zapatos y calcetas al igual de negros, usando corbata roja, mira aquel atardecer sin soltar su espada, el suave viento se encarga de sacudir aquellos hermosos cabellos como la noche misma.

Mirando aquel atardecer en silencio.

-¿Que contemplas tanto Jigoku? - hablo una muchacha de cabellos naranjas largos, ojos rojos pero diferentes siendo mas blandos a diferencia de Jigoku que muestra una mirada mas fría, usando una pijama rosa cubriéndose con una manta.

-Chelsea- Hablo Jigoku mirándola de reojo, para seguir  mirando el atardecer. -Nada realmente, solo que- queda pensativa.

-¿Es por Alan?- interrumpe Chelsea cruzándose de brazos y  teniendo ya  de sus famosas paletas en la boca. -Adivine- sonrió. -Su amigo, Leo - suelta una risita agradable. -Como ya haba pasado por eso sabe como enfrentarlo, aunque sigue siendo duro, teniendo la misma mala suerte dos veces, Alan no estoy segura como estará, tiene la mirada vacía y dolida, es mucho para el, puede que se rinda a mitad de camino.

-No lo hará- Chelsea se impresiona por la seguridad de Jigoku eliminando su sonrisa mirándola sorprendida. -Alan no se rendirá a mitad de camino- entre cierra los ojos mirando hacia abajo con la mirada algo triste, una gran brisa sacude sus cabellos -El no se rendirá- alza la mirada -Creo en el y en Leo, haré de todo para protegerlos, así quizo el destino, al igual de proteger a mis compañeros, terminare con el asunto de los lagos, esta ha sido mi lucha desde el inicio, pero...realmente estoy agradecida de luchar junto ustedes- voltea mirando a su amiga con una linda sonrisa.

Chelsea aun sorprendida pero al igual da una sonrisa linda -Eso me alegra escuchar Jigoku- Alza la mirada mirando al cielo. -Ya ha pasado varios días, no...mas bien un mes, tenemos que estar preparados por si vuelve ocurrir, no quiero que haiga mas personas sufriendo como nosotros..como esos chicos- finalizo.

Jigoku solo la miro seriamente y asintió.

Un mes antes.

*Narra Alan*

Hemos entrado a mi casa lentamente, sangre en la puerta y en el suelo, me mareo, hasta siento mis piernas temblar, Leo a apretado mi hombro para mantenerme firme sin separarse de mi lado, mis amigos igualmente permanecen a mi lado, llegamos a la sala, encontrándome con mi abuela y mi madre con   heridas, cortes profundas y llenas de sangre, mis ojos se humedecieron enseguida y mi corazón se rompió en mil pedazos.

Todas mis esperanzas desaparecieron.

Se suponía que yo protegería a mi familia, pero no pude hacerlo, abuelo...papa

Caí llorando a todo pulmón tratando de ahogar mis gritos, Leo me abrazo con todas sus fuerzas, Felipe me agarra de la mano fuertemente, Saori sobaba mi espalda y Naomi agarro mi otra mano permaneciendo así un buen rato.

¿Como es posible? Hace unos momentos mi madre me sonreía dulcemente, mi abuela me deseaba un buen día, ayer mi abuelo y yo contemplamos las estrellas en el jardín junto a Alexander, se supone que hoy le ayudaríamos mis amigos y yo con unos trabajos...sacaría a pasear ah

Alexander..me paro bruscamente asustando o alarmando a mi amigos, me zafo de ellos buscando desesperad amente mi querida mascota.

-¿Que pasa Alan?- Pregunta Naomi.

-Alexander....m-mi pe...rro- No me sale la voz, inmediatamente Leo capta y pone a todos a buscar a Alexander por toda la casa, salgo al jardín trasero, deseando que estuviera vivo tal vez pero...solo veía a mi perro, mi querida mascota que creció conmigo respirando difícilmente, tiene una gran herida y esta tumbado en el suelo, me acosté a su lado abrazándolo, mueve un poco su cola, por la cantidad de sangre y la profundidad de la herida, se que no podremos ayudarlo, solo me queda quedarme a lado de mi buen amigo.

HELL SALT/Infierno de Sal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora