~T2 E2~

20 1 3
                                    

A la mañana siguiente, ya saliendo el Sol, Ganimedes seguía sin dormir, había quedado toda la noche despierto a causa de su Insomnio.

G- Maldita sea... No logre dormir nada, estoy cagado de sueño... (Yo literalmente)- Se quejo Ganimedes. Estaba Irritado, molesto, cansado y con sueño, por no dormir en toda la noche. El miro por la ventana, mirando el como el Sol salía lentamente.

Ganimedes se sentó en la cama por unos momentos, antes de empezar a bajar de la litera y ver a todas las Lunas completamente dormidas. El miro hacia el balcón, dirigiéndose hacia este, para contemplar el Hermoso Amanecer de ese Día. Al salir y entrar al balcón, sintió una vibra calmada, con el viento golpeando su cara. 

Todo era silencioso. El único ruido que había eran los pájaros cantado, y la brisa de viento que corría por el lugar. Ganimedes estaba completamente en silencio, sin decir ni una sola palabra. Caminaba con lentitud, tratando de ser silencioso, para no despertar a nadie. Pero una Luna de Saturno, Dione, se despertó por voluntad propia.

Ganimedes escucho el como alguien se levantaba de la cama, y volteo ligeramente la cabeza para ver quien era. Al ver a Dione, solo se quedo en silencio unos momentos, para después saludar.

G- Hola, Dione. Ya despertaste...- Dijo Ganimedes, alzando un poco su mano para saludar con tranquilidad. Dione volteo la cabeza hacia donde escucho a Ganimedes, e hizo el mismo gesto para saludarlo, sin hablarle. Después de saludarlo, Dione miro hacia el  frente y se fue de la habitación. Ganimedes vio el como Dione no le dirigía ninguna palabra, ya estando acostumbrado a ser ignorado por los demás, solo siguió caminando hacia el frente.

Mientras tanto, Dione bajaba las escaleras para ir a la cocina. Cuando entró a la cocina, vio a Júpiter sentado en una silla, mientras que Saturno le estaba haciendo el desayuno a las Lunas aunque no hayan despertado.

D- Hola Júpiter. Hola Saturno...- Dijo Dione con pereza, no había tenido un Buen sueño.

S- Hola mi pequeña Luna, ¿Cómo dormiste?- Pregunto Saturno, con la misma sonrisa amable y cariñosa de siempre. Pues Saturno es alguien sentimental, cariñosa, (No el trabajo, es que mi Saturno es mujer, ¿okey?💀) y Amable. 

D- Tuve un mal sueño, pero no es para tanto...- Respondió Dione con mala gana, parecía algo molesta.

J- Parece que el sueño fue algo que te hizo molestar, tu nunca eres de responder con mala gana, Dione- Dijo Júpiter, dejando su taza de café en la mesa, volteando a ver a Dione -Dime, de que se supone que trataba el sueño?- Pregunto Júpiter, cruzando los brazos mientras miraba a Dione, esperando alguna respuesta.

D- No quiero hablar de eso, ¿okey?- Dijo Dione, con cierta inquietud en su tono de voz. Júpiter tanto Saturno notaron la inquietud de Dione, y solo se miraron entre si por unos segundos. Júpiter solo volvió a mirar a Dione sin ninguna expresión, entendiendo su decisión de no decirlo, pero Saturno la miro con un poco de preocupación.

Saturno suspiro y volvió a hacer el desayuno para las Lunas.

S- Y... Y dime, Dione, ¿algunas otras Lunas ya despertaron?- Pregunto Saturno, mirando nuevamente a Dione con la preocupación algo disminuida.

D- Al único que vi despierto fue a Ganimedes, después los demás dormían...- Dijo Dione, sentándose en el sillón / Sofá, suspirando y escuchando los ruidos de fuera de la casa.

Mientras tanto, Ganimedes miraba al Sol salir, sintiendo paz y tranquilidad en alguna parte de su cuerpo. El estaba callado, aun con el viento golpeando su cuerpo, y escuchando los cantos de la madre Naturaleza. El se apoyo contra el barandal, mirando hacia el frente, viendo al Sol salir de detrás de las montañas. Miro hacia abajo, viendo a los planetas rocosos jugar futbol juntos, era común que jugaran.

~El Amor de dos Lunas~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora