El Kinder de Mónaco

¿Novios?

Max se sintió solo en el patio. Sus amigos se habían ido a jugar sin él.

-¿Dónde están? -preguntó Max a Pierre que tiraba la basura a un lado de él ( Max estaba a un lado de los sestos de basura )

-Se fueron a jugar fútbol , Adiós Max -respondió Pierre y se fue

Max se sintió triste y se puso a llorar.

La maestra Alexandra lo vio y se acercó.

-¿Qué pasa, Max? -preguntó.

-Mis amigos se fueron sin mí -sollozó.

La maestra Alexandra lo abrazó.

-No te preocupes, Max. Seguro que no fue intencional.

Justo entonces, llegaron Checo, Carlos y Charles riendo pero cambio cuando su amigo Maxie lloraba

-¿Qué pasa, Maxie ? -preguntó Checo.

-Me están ignorando -dijo Max, secándose las lágrimas.

- Oh eso ... Lo sentimos, Max -dijo Carlos-. Pensamos que querías espacio.

-Dijiste que querías estar solo -agregó Charles.

Max suspiró.

-Sí, pero no quería que me ignoraran.

Sus amigos se miraron entre sí.

-Lo siento, Max -dijo Checo-. No volvelá a pasal- dijo y lo abrazó

-Vamos a jugar contigo -ofreció Carlos.

Max sonrió.

-¿De verdad?

-Sí -dijo Charles-. Somos amigos.

Max se sintió feliz y se unió a sus amigos.

Jugaron fútbol juntos, riendo y divirtiéndose.

Max se sintió agradecido por tener amigos que se preocupaban por él.

-Gracias, chicos -dijo.

-No hay ploblema, Max -respondió Checo-. Somos equipo.

Y siguieron jugando, unidos y felices.

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Durante toda la semana, Max se la pasó súper bien en la escuela. Su grupo de amigos, Checo, Charles y Carlos, se convirtieron en inseparables.

Cada mañana, se reunían en el patio para jugar fútbol antes de que comenzaran las clases.

-¡Vamos a ganar hoy! -gritaba Carlos.

-¡En tus sueños! -respondía Checo-. Mi equipo va a ganal.

Charles se reía.

-No peleen, chicos. Juguemos para divertirnos.

Max sonreía.

-Sí, vamos a jugar por la diversión.

En las clases, Max se sentaba con sus amigos y trabajaban juntos en los proyectos.

La maestra Kika se emocionaba.

-Me encanta ver cómo trabajan juntos.

El maestro Ayrton también se impresionaba.

-Son un equipo excelente.

A veces, Carlos se iba con Lando a jugar otros juegos, pero siempre regresaba a su grupo.

-Lo siento, chicos -decía-. Me divertí con Lando, pero prefiero estar con ustedes.

Checo sonreía.

-No te pleocupes, Calos. Eles palte del equipo.